United States or Liechtenstein ? Vote for the TOP Country of the Week !


Porque Sacramento no cayó al adulterio arrastrada por la pasión tardía y avasalladora que acaso puede perdonar cierta soberana grandeza de alma: fue el tipo complejo de la medio malvada, medio enferma, a quien no se mata por infame sospechando que pueda ser irresponsable. Al fin, vencido, y lo que es más triste, resignado, prescindió de ella.

Y, entrados en el teatro, discutieron si la profesión de actor era ó no digna de consideración, y contaron que un sacerdote había sostenido, que los comediantes son gente infame é indigna de recibir el Santo Sacramento.

Procurad que vuestro hijo, si vive, no sea huérfano. ¡Dios mío! Hombres como don Juan, que son caballeros desde el seno de su madre, están siempre expuestos á morir sin gloria y sin combate, asesinados entre el cieno de esta infame corte. Creedme, y no vaciléis más. Partiremos dijo doña Clara.

Eres el infame Anaximandro que negaba la existencia de los Dioses, y todo lo explicaba por la casualidad; te he visto muchas veces, y sostuve contigo, en Mileto, una larga disputa sobre este puntoMúdase el lugar de la acción; vese la residencia del ermitaño Helvidio, á quien Razonte cuenta sus penas.

Cada pueblo del tránsito le parecía una estación de calvario para su estómago hambriento; recordaba las aldeas por lo que había comido, o mejor dicho, por lo que había ayunado; aquí habían dado por toda comida un caldo de berzas, allá por cena una colación de verduras cocidas; y para colmo de desdichas, estaba alojado en Estella en casa de unas viejas solteronas y por la mañana le daban chocolate con agua, por la tarde cocido, y de noche una sopa de ajo infame.

Uno entre tantos, un hombre alto, seco y pálido, el corregidor de Sevilla, que se encontraba en Cádiz para seguir un proceso, se encarnizaba sobre todo con el desgraciado reo; a cada instante le decía: ¡El infame!... ¡Qué dicha para la sociedad que semejante monstruo sea castigado con arreglo a sus culpas!... Le vería estrangular con placer.

Su imaginación novelesca soñaba un rapto, después de matar en desafío al infame estudiantón, con otras mil barbaridades por el estilo, y lo mejor del caso era que quien tales barrabasadas se sentía capaz de ejecutar temblaba como un niño en presencia del ídolo amado, y cien veces se le atragantó la declaración que tenía pensada y aprendida, sin faltar punto ni coma.

Clara, bella y perfumada, Era una tarde serena, De esas tardes en que el cielo Todas sus galas ostenta, En que la brisa y la flor Nos hablan con voz secreta, En que las bellas suspiran, En que medita el poeta, En que el infame se esconde, Y en que el pueblo se recrea.

Mucho, tía, mucho, porque todos los de esa infame secta no me pueden ver ni pintado, y si ese hombre sigue entrando en esta casa con tanta confianza, podría intentar el descrédito de mi sistema, robándome antes mi honor. Y miraba a Fortunata como para buscar en su rostro la aseveración o apoyo de lo que decía. Ella lo comprendió. «Tiene razón, tía... ese materialista que no entre más aquí».

Al que infame, cobarde y miserable Deserta su defensa inimitable Le estampa el sello ardiente del traidor, Y teje siempre-viva y mustio lirio Para ceñir coronas de martirio Al que le su vida en oblacion.