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Gener, me parece o entreveo que se inclina a que el sub-hombre o el supérfluo se conserve y viva, bajo la tutela o protectorado del super-hombre triunfante. Bien podrá éste echarse a cavilar y hasta repetir el antiguo proverbio: cuando las barbas de tu vecino vieres pelar, pon las tuyas en remojo. Las cosas no han de parar aquí: la evolución no puede darse por terminada. El progreso es indefinido.

Era D. Rafael Seudoquis, exaltado patriota primero, después indefinido, luego conspirador perseguido y condenado a horca, pero indultado otra vez y admitido en el servicio por influencias de parientes poderosos. Después que satisfizo la curiosidad de los del café, dirigiose arriba, y al entrar en el hueco de la escalera llamole Aviraneta desde su escondrijo.

Entretanto, la navegacion á vapor, bien regularmente establecida en las aguas del caudaloso Magdalena; las nuevas instituciones federalistas, que permiten hacer esfuerzos mas directos en el inmenso valle que aquel rio fecunda, para darles vida social á sus aisladas poblaciones, y el desarrollo indefinido que allí puede tener la agricultura intertropical, mediante el ensanche del consumo en los mercados exteriores, desarrollo que comienza á iniciarse, son elementos que hacen esperar que no muy tarde las regiones hoy desoladas que el viajero contempla con profunda tristeza, serán la tierra de una raza liberal, enérgica y valerosa, que alcanzará el bienestar con la práctica de la democracia y la actividad de la industria.

Donde Rizal y él, solos conversaron... Y de su patria con amor trataron Me dijo conmovido: "Ah... esas dos hermosas obras de arte A solas, serán parte A preparar santuario indefinido Para un altar futuro Cuando el género humano, En su criterio puro, Y amor cosmopolita Del mundo, soberano, Viva doquier con libertad bendita, Y transforme del todo el fanatismo En virtud, ciencias, artes y civismo".

El vértigo, la grandiosidad, lo insondable, lo indefinido; masas de agua que se coloran, que chocan, que ensordecen; abismo que atrae y que fascina; transparentes trombas que se cristalizan, se retuercen, y por último se esparcen en gigantescas cabelleras, cuyos hilos de plata al rozar en la roca se descomponen y se elevan en tenues vapores; millones de preciosos cambiantes con los que se ilumina la granítica cárcel, en la que el Sumo Hacedor guarda una de sus más bellas creaciones; sombras queridas que forja la fantasía envueltas en transparentes encajes de espuma; tiernas evocaciones de otras edades y otros tiempos; gratas reminiscencias de seres amados; consoladoras fantasmas surgidas de las compactas brumas; misteriosos ruidos que suplican, amenazan, suspiran ó maldicen, es lo que instantáneamente se agolpa y embarga nuestros sentidos al llegar al borde de aquel abismo, en cuyo negro fondo truena la grandeza del Dios del Sinaí, recordando á los mortales el terrible Dios ira de los inmutables y eternos fallos.

Porque cuanto más hunde los ojos en aquel horizonte incierto, vaporoso, indefinido, más se aleja, más lo fascina, lo confunde y lo sume en la contemplación y la duda. ¿Dónde termina aquel mundo que quiere en vano penetrar? ¡No lo sabe! ¿Qué hay más allá de lo que ve? La soledad, el peligro, el salvaje, la muerte. He aquí ya la poesía.

Si el sugeto de las proposiciones, qualesquiera que sean, es universal, la proposicion toma este nombre, y se expresa con la voz omnis todo, nullus ninguno: si es particular, se llama así la proposicion, y se expresa por las voces quidam cierto, aliquis alguno: si es singular será singular la proposicion, y se expresa con la voz hic este: si el sugeto es indefinido, esto es, no lleva ninguna de las significaciones propuestas, es menester determinarlo para que se sepa si es verdadera, ó falsa la proposicion.

Frente a su ventana se extendía un muro de color indefinido, con profundos desconchados y restos de antiguas pinturas, pero tan próximo por la estrechez de la calle, que parecía poder tocarse con la mano.

No parecía interesarle gran cosa la lectura: había instantes en que los ojos se le quedaban inmóviles, fijos, cual si entre ellos y el periódico se interpusiese algo indefinido y soñado que abstrajese su alma de cuanto la rodeaba, dibujándose en su rostro una sonrisa de hastío y de tristeza; pero otras veces al menor ruido que procediese de donde estaba Clotilde, aquellos mismos ojos se animaban de pronto, como si en ellos fulgurase la llamarada de un impulso indomable.

Delante de esa grandeza, de ese abismo que guarda en su seno la base de los continentes, de esa majestad suprema de la naturaleza, es preciso tener fe, levantarse hasta Dios, vivir con el pensamiento en la eternidad, llenarse de la idea de lo infinito, creer en la eterna armonía de la Creacion, admitir la noción sublime del progreso indefinido, admirar la supremacía del hombre sobre los elementos!