United States or Kuwait ? Vote for the TOP Country of the Week !


Total, que Quilito subió a su cuarto muy enfadado, Pablo se fué a la oficina de mal humor, y yo quedé con jaqueca. ¡Qué muchacho, Señor!

Vamos, respóndeme, ¿quién ha hecho á tu tía?... ¿La has hecho ? Yo no. Entonces ¿quién? Será Dios respondía la joven con mal humor. ¡Ah, Dios! exclamaba triunfante Martinán. Y si la hubieras hecho, ¿no la habrías dado un genio más suave, más alegre? ¡Ya lo creo! Luego eres capaz de hacer las cosas mejor que Dios, ¿no es cierto?

Fué siempre su humor caprichoso y fantástico y por él se había dejado arrastrar á simpatías injustificadas y á antipatías más injustificadas aún que ocasionaran no pocos disgustos en la casa. Pero con la edad, pues era ya un viejo can, este humor se había exacerbado de modo increíble. Sus manías se habían convertido en verdaderas chocheces. En el pueblo se murmuraba bastante de él.

Aquel buen humor de Juana, que chocaba a todos, estaba muy lejos de desagradar a su marido; por el contrario, gustábale mucho. Es una mujer domada se decía . Esto es lo que hay; está domada.

Á los pocos momentos recobró la fugitiva su buen humor habitual, y sentándose, casi olvidada del peligro reciente, exclamó: ¡La Santa Virgen me proteja! Ved cómo me he puesto de agua y lodo. De esta hecha me encierra mi madre por una semana en mi cámara, haciéndome bordar mañana y tarde la famosa tapicería de los Siete Pares de Francia.

Pero Paca era hija de una tabernera, se había criado entre el ruido y la alegría, y por más que la altivez de su temperamento aristocrático la había preservado de los hábitos y las palabras groseras, sus ojos y sus oídos se habían acostumbrado á la algazara de estos sitios. Si por cualquier causa pasaba algunos días sin ir á la reunión, sentía la nostalgia de ella, se ponía de mal humor.

¡Ca... ramba! exclamó echando un terno, ¡maldita suerte la mía! ¿he de estar condenado a vivir siempre separado de ella? Con gesto de mal humor, dió los dos pesos de la tía a Agapo, recomendándole que no fuera a emborracharse, y allí mismo le dejó plantado, siguiendo la calle de Moreno a buen paso. La verdad es que tenía por qué quejarse de su estrella.

CHANFALLA. Y aun entre las telas del corazón. CHIRINOS. Pues doyte por aviso, Chanfalla, que el Gobernador es poeta. CHANFALLA. ¿Poeta? ¡Cuerpo del mundo! Pues dale por engañado, porque todos los de humor semejante son hechos a la macacona, gente descuidada, crédula y no nada maliciosa. BENITO. Vamos, autor, que me saltan los pies por ver esas maravillas.

Lo burlesco de estas comedias no consiste en groseros chistes para disipar el mal humor, sino en la inteligente sonrisa de un espíritu superior, que parece retozar en todo el conjunto; cuando se muestra lo cómico de más baja ley, se reviste siempre con las gracias del ingenio; fuérzanos el gracioso á simpatizar con su alegría, porque sus burlas más locas y extravagantes no degeneran nunca en perversos y amargos sarcasmos; reimos con benevolencia, no movidos por amor propio ni por desprecio.

Yo pensaba que á los maridos se les tenía siempre lástima; pero no es así. Ese hombre me causa pavor. Su mirada me hace temblar. Hemos merendado en el campo, que estaba delicioso. He gozado pocas veces tanto en mi vida. El humor de ella excelente, aunque á veces decaía repentinamente y sin motivo.