United States or Laos ? Vote for the TOP Country of the Week !


Despertaba sonriendo a la luz. Su pensamiento primero, sin falta, era para el Señor. Oía los gritos de los pájaros en la huerta, encontraba en ellos sentido místico, y la piedad matutina de Ana era optimista. El mundo era bueno, Dios se recreaba en su obra.

Ni aun las ramas más altas de los árboles de la huerta se movían, y el disco de Parson, inmóvil, miraba a la inmensidad como una pupila cuajada y moribunda. De doce a tres, se suspendía todo trabajo en la casa, porque no había cuerpo ni espíritu que lo resistiera.

Afortunadamente, la muchacha, distraída por los extraordinarios sucesos de aquel día, no había notado la brutal impresión que estaba causando en Andrés. A la hora oportuna bajaron las señoras a la estación, y Carmen se quedó sola. Ella nunca salía sino a la huerta o al campo.... ¿Qué iba a hacer en lugares de pública reunión una chiquilla recogida de caridad y siempre enlutada y triste?

Muchos fingían indignación ante la brutalidad de esta «porfía», pero en el fondo de su ánimo escarabeajaba cierto orgullo por el hecho de ser tales hombres sus vecinos. ¡Vaya unos mozos de hierro que cría la huerta! El aguardiente pasaba por sus cuerpos como si fuese agua.

El criado se salió de la huerta, lanzándole miradas de asombro y curiosidad. Eligióse el sitio en uno de los caminos más anchos del medio. Soldevilla fué a buscar al Duque. El día había amanecido despejado.

Domingo como punto próximo al solar que se les adjudica para fundar el convento de S. Pablo; y por el mismo instrumento se comprueba que la huerta enclavada en el mismo se llamaba del Almezo y se estendia á toda la manzana. Feria. M. S. cit. fol. 32.

Cada mañana, juntamente con el alba, amanecía sentado al pie de un granado, de muchos que en la huerta había, un mancebo, al parecer estudiante, vestido de bayeta, no tan negra ni tan peluda, que no pareciese parda y tundida.

Levantaron los manteles y, estando en esto, vi venir un caballero con dos criados por la huerta adelante, y cuando no me cato, conozco a mi buen don Diego Coronel. Acercóse a , y como estaba en aquel hábito, no hacía sino mirarme. Habló a las mujeres y tratólas de primas; y, a todo esto, no hacía sino volver y mirarme.

Teresa abrazó á su hija, que, olvidando el peligro, estremecíase de vergüenza al verse en camisa en medio de la huerta, y se sentaba en un ribazo, apelotonándose con la preocupación del pudor, apoyando la barba en las rodillas y tirando del blanco lienzo para que le cubriera los pies.

Cuando el hagib Almanzor usurpando al menguado Hixem II su autoridad gobernaba la monarquía cordobesa, tenia su palacio al norte del alcázar real, y sus jardines se estendian á todo lo que es hoy huerta del rey, entre el arroyo del moro y las heras de la salud.