United States or Costa Rica ? Vote for the TOP Country of the Week !


Le tomé del brazo y llevándole a parte le dije: Comandante ¿Pablo se va a Rusia? , su viaje está decidido. He pensado... si quisierais que... En fin, sería mejor... Sin duda alguna, la cosa era mucho más difícil de decir que lo que yo me había imaginado. Mi altivez ponía obstáculos y me aconsejaba callar. ¿Y qué, hijita? Habla pronto, mira que me hielo aquí.

En fin, hijita, un conflicto, mejor dicho, tres conflictos. Tendremos que cargar con todos en casa. Ya se lo he dicho a Eleuterio. La casa es grande y caben todos.

¡Pero, Luisa exclamó por fin ; no sabes lo que dices! ¡Reflexiona un poco! Hay que pasar muchas noches a campo raso, marchar, correr, y el frío y la nieve, los tiros... ¡Eso no puede ser! ¡Por Dios exclamó la joven, con voz nublada por las lágrimas y arrojándose a sus brazos , no me digas que no! Quieres reírte a costa de tu hijita Luisa...; no puedes abandonarme.

No necesita este entallamiento artificial, porque su cuerpo es perfecto, armonioso, de líneas correctísimas, dignas de los cinceles que inmortalizaron el arquetipo de la belleza clásica. ¡Estás lindísima, hijita! exclamo, mientras corro los cordones del corsé. Como si no me hubiera casado dice ella, resumiendo en esta frase todo cuanto se puede decir de la frescura de su cuerpo.

El pobrecito es más hueco que una caña de pescar. Se me ocurrió hablarle de política, preguntándole: «¿Votó usted por los radicales?» «¡Qué esperanza! me respondió; no es gente conocida...» ¿De manera que te aburriste en grande? No, eso no. La tontería tiene siempre algo de divertida. Tienes razón, hijita. Además la tontería es tan variada como la inteligencia.

El buen cura me miraba con aire soñador, y yo que, viéndole siempre alegre y satisfecho, no había pensado nunca en que hubiera podido sufrir alguna vez, me sentí enternecida ante una resignación tan verdadera, tan dulce y tan sin hiel. Sois un santo, mi cura le dije tomándole la mano. ¡Chut! No digamos tonterías, mi hijita.

Y no parecía muy desmejorada la niña, no. Al contrario, aunque un poco enflaquecida, tenía mejor color, más animación que antes, hasta su poco de alegría. El médico y la madre se mostraban más bien contentos de su estado. Quien parecía descontento era el padre. Había comprado a su hijita un teatro de títeres y otros muchos juguetes ingeniosos, sin conseguir distraerla de su incesante labor...

Ya viene usted con sus locuras. ¿Locuras?... Y te parece locura, hijita, entusiasmarse hasta perder los estribos, viendo... y la señalaba a ella con la mano extendida esta preciosura de... chacra. Estábamos realmente embelesados recorriendo este jardín dijo Lorenzo.

No tiene aspecto muy sólido, pero sin embargo es bastante bueno. He realizado el sueño de mi vida. Nunca se debe desesperar de nada, hijita, nunca. Mirábalo yo, un tanto desconcertada, porque no podía negarme que mi imaginación me había representado un púlpito, como algo de grande y monumental.

A veces me acercaba a aquel excelente hombre y me extasiaba con él admirando una flor, un fruto, un arbusto y solía decirle: ¿Os acordáis, mi cura, del tiempo en que me queríais persuadir de que el amor no es la cosa más encantadora del mundo? ¡Oh! mi hijita, creo que ni el mismo Bossuet hubiera podido convencerte. ¿Y, no tenía razón? Así parece y sonreía bondadosamente.