United States or Eswatini ? Vote for the TOP Country of the Week !


disipa con la magia de su encanto. Es talismán de poderoso hechizo que al brío de su amor no hay quien resista, ni pecho que no ablande con su llanto. ¡Es Eva que nos quita el paraíso, y es María que el cielo nos conquista!

En otras tierras más al norte que la nuestra, la Primavera, fuerza es confesarlo, si no es, parece más hermosa: el cambio de escena tiene mayor rapidez y doble hechizo; la mudanza hiere más la fantasía; se nos presenta como súbita y milagrosa resurrección de los seres.

El hechizo que estas brillantes instalaciones producían en el ánimo de Isidora era muy particular. Más que como objetos enteramente nuevos para ella, los veía como si fueran recobrados después de un largo destierro.

Frinés y Mesalinas perfumaron el agua que besaba sus senos con el aroma vuestro. Médicis y Popea, y otras hembras felinas, os dieron el hechizo de sus labios obscenos.

Sobre el deslumbrante hechizo de todo nuevo sistema, desde Kant hasta Hegel, puso Goethe su alto espíritu crítico, su juicioso escepticismo un mal llamado sentido común, porque más bien era raro y exquisito, ciertas teorías leibnizianas, y un arraigado sentimiento religioso que jamás lo abandonó en época de tanta incredulidad, y de tanta fermentación y florecimiento de metafísicas nuevas.

Acaso delante de aquellas pupilas extasiadas e inmóviles, la ilusión rehacía una historia de amor toda hechizo y misterio; tal vez, por el contrario, era una tragedia dolorosa. ¿Quién sabe?... ¡Don Manuel había rodado tanto por el mundo, y había sido tan galán y aventurero!

Sólo me inquieta una cosa decía entre dientes y compungido... la muerte de ese pobre paje Gonzalo... esa muerte cuyo autor conozco, y á quien no me atrevo á delatar porque sería necesario delatar á mi mujer... Vamos, es necesario olvidar esto, olvidarlo de todo punto... yo no he tenido la culpa; y luego, ¿quién sabe si aquellos polvos que me dió en la cárcel Cristóbal son un hechizo ó un veneno? los tengo aquí; me los metí sin reparar en ello en el bolsillo.

Se estrecharon ceremoniosamente. Subiendo a la silla de manos don Alonso, dirigiose a su morada, resuelto a favorecer la alianza de su hija Beatriz con aquel mancebo en cuya frente altanera había creído leer el horóscopo de los grandes honores. La escena de la terraza y el reciente discurso del padre de Beatriz desgarraron para Ramiro el hechizo amoroso en que estaba viviendo.

¡Ah! ¡don Francisco! ¿por qué habéis llevado á ese hombre á mi casa? yo creo que iba provisto de un hechizo. Su hechizo consiste en haber nacido para vos. Yo lo ignoraba... le llamé porque estaba cuidadoso por él... como que había dado de estocadas á Calderón y le había quitado unas cartas de la reina. ¡De la reina! ¡las cartas de la reina! ¡que le habrá pagado poniéndole en el lugar de Calderón!

Tenía un nombre poemático, célebre en los anales del amor. Elena era su bello nombre. Era alta, rítmica, flexible... En sus ojos garzos, hondos, de un hechizo inquietante, dormían las visiones de su vida encanallada, siempre unánimes y vergonzosas.