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Es el principal medicamento de la ronquera agravada por hablar, pero casi únicamente en los adultos y en la edad madura, cuando el sistema venoso abdominal goza de toda su actividad. El carácter venoso y de congestion se halla en las afecciones torácicas propias del carbon. Este es, despues del arsénico, el principal remedio de la bronquitis crónica, del catarro sofocante y del de los viejos.

Apoderóse del infeliz un miedo indecible que se manifestó primero por ligero temblor, que se fué acentuando rápidamente hasta no dejarle hablar. Con los ojos abiertos, la frente sudorosa, se cogió del brazo del P. Irene, trató de incorporarse, pero no pudo y, lanzando dos ronquidos, cayó pesadamente sobre la almohada. Capitan Tiago tenía los ojos abiertos y babeaba: estaba muerto.

»DON LUIS. Bueno fuera que se me quedara en el tintero tan donosa circunstancia. Pondre particular cuidado en sacarle á menudo a motejarse su cōtēdor. Preciarase el viejo de muy hidalgo, por cuyo respeto, y por su mala catadura tēdra el gracioso larga materia para los apodos; honrandole el escudero tābien con los títulos de almohazador, de covarde y vinolento. Yo espero guisar todo esto de manera que cause mucha delectacion y regozijo. En quanto al hablar, gentil modo de meternos en pretina numero tan corto; si las demādas ó respuestas passaran entre mas de quatro, ó cinco; si los versos han de ser en quintillas, ó no. Ciento hare que hablen si fuere menester, que al passo que subiere de punto la trapala, crecera en los oyentes la cantidad de la risa. Cinco, o seis romances por ningū caso los dexarè de poner: pues porque no cinquenta tercetos? Los sonetos no seran mas que siete, colocados a trechos. En alguna descripciō no es forçoso q

¿Pero no te dijo nada Rafael? No me dijo más que usted vendría esta noche a hablar conmigo, y que silbaría para que yo bajase... Nada más. Pues yo le dije bien claro que me iba mañana para Madrid y que...

Estaba riéndose para , como ante una visión cómica y tierna al propio tiempo. Comenzó a hablar: No puedo pensar en mi padre sin reírme. Sin reírme amorosamente, entiéndame usted. Mi madre murió cuando yo cumplía apenas los tres años. No la recuerdo.

8.° Francisco Agurto declara nuevamente á fojas 49, que con motivo de haber sido uno de los que fueron al otro lado del Rio Bueno en la escolta que se dió al cacique Queupul, como parcial nuestro, consiguió hablar sobre la existencia de los españoles, nominados Césares, con varios indios, á quienes por haber hallado muy adictos al Gobernador y á los españoles, pudo ya sin cautela tocarles este asunto de ellos, siempre cautelosamente promovido.

Don Carlos, en efecto, era un morenito muy salado de veintidós á veintitrés años. Sus vivos y grandes ojos resplandecían con el fuego de la inspiración. Su cabellera negra, ya sin polvos, lucía y daba reflejos azulados como las alas del cuervo. Los movimientos de su boca al hablar eran graciosos. Los dientes que dejaba ver, blancos é iguales; la nariz, recta, y la frente, despejada y serena.

En resumen: a él, que por haber estudiado para clérigo, y haber hecho voto de castidad, aunque no había entrado en Orden, le habían parecido todas las mujeres, menos la Virgen María y la madre que le había parido, artificios del diablo para perder a los hombres, entrole de súbito una tal ansia amorosa y una tal sed de hermosura, que no se conoció a propio; y el diablo se le metió en el cuerpo, y pensó que si todas las brujas eran como aquella, vendríase a gobernar el mundo por ellas; y en vez de hablar recio y seco y altisonante e imperativo a aquella divinidad, besola rendidamente las manos y se declaró muy su servidor, y aun criado.

Nuestro improvisado mundo podría mostrarse con cierto orgullo: sin mencionar sus espléndidos colores, que dejan muy atrás cuanto existe en la tierra, sin hablar de los círculos graciosos, de las curvas de nos placemos, tantos y tantos problemas obscuros que os detienen, entre nosotros parecen haber sido resueltos.

Me lo ha dicho quien vio por sus ojos a doña Anita entrar en la capilla de don Fermín y a don Fermín salir sin saludar a la Regenta. Pues yo los he visto saludarse y hablar en el Espolón. Es verdad gritó un tercero yo también los vi. De Pas iba con el Arcipreste y la Regenta con Visitación. Es más, el Magistral se puso muy colorado. ¡Hombre, hombre! exclamó el ex-alcalde fingiendo escandalizarse.