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La vasta circunferencia de un cuello alechugado, hecho con mucho esmero, que proyectaba por debajo de su barba gris, según la moda del tiempo antiguo, contribuía á darle á su cabeza un parecido á la de San Juan Bautista en la fuente.

Las casas de campo mostraban su blancura entre las masas de gris plata de los olivares. En el término opuesto del dilatado horizonte, sobre un fondo azul en el que flotaban nubes algodonadas, veíase Sevilla, con su caserío dominado por la imponente masa de la catedral, y la maravillosa Giralda, de un rosa tierno bajo la luz de la tarde.

Era el mismo hombrecillo de facciones correctas y mal color que cuando se casó; pero en los últimos doce años se había gastado bastante su naturaleza. Muchas arrugas en la cara; el cabello gris y la barba también; los ojos menos vivos.

El gran cabriolé, tirado por el viejo y tranquilo caballo gris, estaba estacionado delante de la puerta de entrada, y el señor Lammeter estaba ya en el vestíbulo recordándole a Godfrey las buenas cualidades de Tordillo, en la época en que su amo lo montaba.

Todos estos buques menores, pintados de un gris metálico para confundirse con el color del agua, entraban en el puerto y salían como centinelas que se reemplazan.

Buscaban muchos esta tierra en la extensión gris con la simple mirada, y sólo después de largos titubeos llegaban a distinguir un pequeño borrón negro, una línea ondulosa y corta que parecía flotar sobre las aguas como un montón de basura.

No lo fueron ni tanto siquiera, para mi gusto, las pocas que salieron a relucir después, mientras la mocetona rubia, y Facia, la mujer gris, que entraba y salía a menudo, daban los últimos toques a los condumios arrimados al fuego.

En el fondo corre el Arve por un lecho gris y pedregoso, como un torrente de ceniza y lodo, produciendo islas despedazadas y cubiertas de alisos, y tristes playas que muestran la desolacion causada por las violentas avenidas del fin de la primavera y el principio del verano.

De los grupos rebeldes no surgió ninguna explosión. Además, estos grupos eran casi invisibles, pues en torno de ellos se notaba la existencia de una neblina gris, un halo denso, que los envolvía y los acompañaba como una armadura aérea.

En la ocasión en que aparece en el despacho del marqués, aún no había cumplido el medio siglo. Era delgado, de mediana estatura, de ojos pequeños y alegres, ligeramente moreno, de cara larga y algo afilada, no mucha frente, y corto y espeso el pelo gris de su cabeza. Vestía un traje obscuro, muy modesto y muy limpio, y tenía toda la barba afeitada.