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También quedó revocada la condición, de que si las religiosas de Madre de Dios no cumplían lo estipulado, entregasen los 700 ducados á las de Santa María la Real, obligándose aquellas particularmente, y en justa correspondencia con las mercedes recibidas del fundador, á aplicarle una de las tres partes del rosario que diariamente rezaba la comunidad.

El hermano sacó al médico de su ensimismamiento, enseñándole la parte superior del altar. En un relicario de oro estaba el corazón del santo. Era lo único que allí conservaban del fundador. El cuerpo, como sabía todo el mundo, estaba depositado en el Jesu de Roma. : lo conozco. Lo he visto dijo Aresti.

En el transcurso de cinco siglos ha sufrido el antiguo edificio tantas y tan importantes transformaciones, que no nos atrevemos á distinguir los restos de la mezquita de las obras efectuadas por el fundador del hospital.

»La Casa de la Salina se fundó en los últimos años del siglo XV, en que tuvo lugar la tradición referida. Los escudos de cinco estrellas que en la fachada, en el interior y por todas partes del edificio se encuentran, no dejan lugar á dudas sobre la familia á que pertenecía el fundador. El escudo es de los Fonsecas.....

Cumplia tambien la de dotar con cincuenta ducados á las mujeres de mal vivir que quisiesen tomar estado, y la de socorrer con cierta porcion ánua á todo el que, siendo pariente del fundador dentro del cuarto grado, viniese á pobreza, haciéndolo presente. Capilla de S. Andrés. Es la primera á la izquierda entrando por el arco de las Bendiciones, y fundacion del Dr.

Yo... no lo que pongo en el negocio, pero seguramente pondré algo, pues entro en él, y mis consocios parecen contentos de tenerme en su compañía. Echóse a reír Ojeda con tal fuerza, que su espalda chocó con la barandilla, doblándose hacia la parte exterior. «¡Maltrana banquero! ¡Maltrana fundador de un Banco, cuando apenas tenía unas pesetas para desembarcar!...»

Le llenaba de orgullo la nobleza y el carácter caballeresco de la juventud del fundador, pensando en las otras Ordenes, que no tenían entre sus iniciadores más que eremitas miserables, santos piojosos, salidos de las últimas capas sociales.

Salió al fin El Faro de Sarrió en gran tamaño, porque su fundador no quería que se escatimase papel, y bastante bien impreso. La único que apareció borroso fué el grabado de la cabecera, hasta el punto de que la mayoría del público quedó convencido de que en el individuo que tenía la linterna en la mano, se quería representar un negro en vez de la respetable persona que ya hemos indicado.

Y entre, los rancios no sólo figuraba su tío, sino don Eugenio, el fundador de Las Tres Rosas, que también manifestaba al joven gran descontento. Siempre que Juanito se encontraba en la tienda con el viejo comerciante, éste le lanzaba miradas tan pronto de compasión como de desdén. Algunas veces hasta llegaba a murmurar con tono de reproche: ¡Ay, Juanito, Juanito...! Te veo perdido.

Fué el fundador de una provincia de las mas insignes de la órden, la cual teniendo por núcleo la ermita de Nuestra Señora de los Angeles, creció antes de la muerte del conde santo tan rápidamente, que la Sierra por aquella parte se trasformó en un nuevo Carmelo . Rasis llama á esta parte de la Sierra el llano de las bellotas, por estar muy poblada de encinares.