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Los inviernos son apenas fríos y los veranos nunca excesivamente calurosos; la lluvia es muy poca, tan escasa que es necesario el riego para cultivar la tierra con éxito. Las sierras de Córdoba, al oeste, no distan mucho de la ciudad. El desarrollo de las diferentes facultades de la universidad es uno de los capítulos interesantes de su historia.

Notaba el Magistral que su poder se tambaleaba, que el esfuerzo de tantos y tantos miserables servía para minarle el terreno.... En muchas casas empezaba a notar cierta reserva; dejaron de confesar con él algunas señoras de liberales, y el mismo Fortunato, el Obispo, a quien tenía De Pas en un puño, se atrevía a mirarle con ojos fríos y llenos de preguntas que entraban por las pupilas del Magistral como puntas de acero.

Para que todo fuera contrapuesto y antagónico en estas dos dinastías de Villavieja, hasta en el arte y la traza andaba la una al revés de la otra. Ya se ha visto que los Vélez eran largos, huesudos, blancos, solemnes y fríos como estatuas sepulcrales. De estilo y de educación, como de estampa y de pelo.

La voz del viejo rústico seguía acosándole con su socarrona filosofía. ¿Por qué ha de tomarse su mercé esos fríos y calores por lo que les pasa a los pobres, don Fernando? Déjelos: si ellos están contentos, su mercé también. Además, todos estamos escarmentaos. Con los de arriba no se puede.

Esos hombres en apariencia frios, pero que en realidad abrigan un fuego concentrado y comprimido, son formidables cuando llega el momento fatal y dicen «ahora».... Entónces clavan en el objeto su mirada encendida y se lanzan á él rápidos como el rayo, certeros como una flecha.

Maud le contestó con una inclinación de cabeza, elevando también su copa; y para no parecer desatenta, repitió el movimiento mirando a Isidro y luego a Ojeda. Ni la menor emoción en sus ojos claros y fríos. Un gesto de cortesía y nada más. Munster, orgulloso de la amistad que le unía a aquella señora con motivo del bridge, la invitó a reanudar el juego.

Pero don Mariano temía concederle este permiso porque los cuartos de la torre eran fríos y la salud de la niña delicada. Al fin, rendido por sus ruegos y halagos, consintió en ello, después de haber tapizado las habitaciones esmeradamente y con la condición de que Genoveva durmiese cerca de ella. Fue una época feliz para María. Tenía entonces dieciséis años, y el pensamiento inquieto y atrevido.

Nuestros cielos van a ser distintos; nuestras estrellas serán otras: cuando vivas en los esplendores de la primavera, yo sentiré los fríos del invierno; cuando despiertes como una alondra, con el sol que entrará por tus balcones, yo gemiré en medio de la noche murmurando tu nombre... ¡Y será en vano!

Tenía la Benina voz dulce, modos hasta cierto punto finos y de buena educación, y su rostro moreno no carecía de cierta gracia interesante que, manoseada ya por la vejez, era una gracia borrosa y apenas perceptible. Más de la mitad de la dentadura conservaba. Sus ojos, grandes y obscuros, apenas tenían el ribete rojo que imponen la edad y los fríos matinales.

Cuando intentamos señalar los vínculos que unen al famoso poeta español con la larga serie de los dramáticos castellanos, hemos de renunciar por necesidad á rivalizar con nuestro predecesor en esta materia en sus entusiastas arranques y brillante elocuencia, exponiéndonos acaso á parecer fríos y mesurados con exceso para los que están familiarizados con las anteriores apoteosis de Calderón.