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A lo largo de los malecones de una y otra margen se mantiene un extraordinario movimiento de carros y mercancías; y en tanto que allí hormiguean los mozos de cordel en incesante actividad, los millares de marineros llaman la atención desde el rio, con sus maniobras y evoluciones en lo alto de los mástiles y las vergas.

Lo más extraordinario es que se vio obligado por la miseria a dejar su hijo en manos ajenas; y que ese pobre Farinelli ha ignorado por completo, hasta los diez y ocho años de edad, el gran talento y la magnífica voz que poseía.

Domingo de Ramos de 1805. Reina por estos contornos un extraordinario bullicio con motivo de la próxima llegada del Emperador.

Contribuye á lo extraordinario de este libro la forma de la narración, puesta en labios de un niño moderno que durante sus sueños recuerda su vida anterior en la caverna prehistórica.

Algo extraordinario perturbaba á los tripulantes. Todos estaban arriba, como si una atracción poderosa los hubiese arrancado de los sollados, del fondo de las bodegas, de los metálicos corredores de las máquinas.

La idea de presentar una dama joven que, en obediencia á lo dispuesto en el testamento de su padre, hace un examen formal de la honradez y sentimientos de sus pretendientes, alcanzando el triunfo el más digno, es original en sumo grado, y da margen á las situaciones dramáticas más interesantes; la combinación de su plan demuestra, además, el extraordinario ingenio y la superioridad de su autor, así como los caracteres sobresalen por su vida, por su variedad y por su fuerza.

Tal vez ha sido porque de muchachos nos aborrecimos, porque nunca te inspiré deseos; y esto resulta tan extraordinario en mi vida, que basta para interesarme. Sus manos se apoyaron en las rodillas de él como si fuera á incorporarse. Cuando nos encontramos en el cementerio, después de tantos años, me acordé de todo lo que he oído contar de ti.

Gracias otra vez: yo nunca he probado el vino. Zarandilla le miró con asombro... ¡Qué tío! Con razón tenían a aquel don Fernando por un hombre extraordinario. Rafael quiso que comiera algo; y habló a la vieja de freír huevos, de descolgar cierto jamón que había dejado el amo en una de sus visitas; pero Salvatierra le atajó. Era inútil: él llevaba en un bolsillo las provisiones para la noche.

Ojeda sintió la necesidad de solemnizar con algo extraordinario esta última noche, y pidió champán. Una botella para los dos, ¿le parece bien, Maltrana? Saludamos al río de la Plata; presentémonos alegremente ante la fortuna que nos espera... ¡Por nuestra suerte!

Además, esta existencia errante halagaba su ansia por todo lo extraordinario. En los hoteles de Niza, falansterios de la corrupción mundial correcta e hipócrita, se había visto agraciado en la obscuridad de su cuarto por las más inesperadas visitas.