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Fue una borrachera estúpida, la primera y última de su vida; y el recuerdo de la degradación de aquella noche le entristecía siempre que repuntaba en su memoria. ¡Infames, burlar así a quien era la misma sobriedad! Me le hicieron beber con engaño evidente aquellas nefandas copas, y después no vacilaron en escarnecerle con tanta crueldad como grosería.

No sólo no hay analogía entre aquellas palabras; no sólo carecen del más lejano parentesco, sino que se nos entra por los ojos su discrepancia, su evidente contradiccion, y no pueden unirse objetos y atributos que se repugnan, que se contradicen, que se zahieren.

imaginas que el natural discurso ha bastado á los hombres para formar la ley moral: yo creo que han necesitado de la revelación; pero y yo convenimos en que, una vez presentada esa ley, la razón humana la acepta como evidente.

Apenas me ve, oculta el libro con presteza y emprende una conversación rápida, con la evidente intención de desviarme.

Y, sin embargo, era evidente que buscaba las ocasiones en que estuviese sola. A ninguna mujer se le hubiera escapado esta táctica, pero mucho menos a Elena que era traviesa y picaresca y se gozaba en verle apurado. La timidez de un hombre tan maduro halagó mucho su vanidad y la riqueza que se le suponía también. Principió a coquetear con él de lo lindo.

La tristeza de este pensamiento es en verdad mortal, y ella ha sabido expresarla en una forma incisiva que daría envidia a cualquier escritor de profesión. Ya al leerlo había sospechado que se refiriese a sus relaciones con usted, y ahora, después de lo que usted me ha referido, la verdad me parece evidente.

»Rogando a usted que me dispense tan larga misiva, suplícole que acepte la expresión de mis respetos. »JUAN DORMAL, »Capitán de ArtilleríaCuando Genoveva terminó la lectura, nos quedamos todas en silencio. Francisca mordisqueaba la punta del pañuelo y columpiaba un pie puesto sobre el otro. Yo me reía en mis adentros de su evidente disgusto.

Bajo todos los conceptos es preferible la fórmula: lo que es evidente es verdadero; y si se quiere expresar como principio sino como regla aplicable, se puede convertir en esta otra: «la evidencia es seguro criterio de verdad

en cuyo caso es evidente que el número de los términos seria duplo del primero. Luego las series llamadas infinitas no lo son ni pueden serlo, hablando con rigor.

Es evidente que sea cual fuere el número determinado que imaginemos, siempre podemos concebir otro mayor; aun cuando al número le podemos señalar un límite, este podemos retirarle indefinidamente, de suerte que el límite de uno no sea el límite de otro.