United States or New Zealand ? Vote for the TOP Country of the Week !


Miguel quedose grave y pensativo y le contestó: «Mientras estén en las manos me parece que no tienen mucha importancia; pero decir a mi padre que si salen en la cara es muerte segura, porque manifiesta que la sangre está corrompida; un tío mío se murió de esa enfermedadCon estas noticias se quedó Mendoza más apenado aún.

En la isla no había ladrones. Las casas aisladas en pleno campo conservaban muchas veces la llave en la puerta mientras los dueños estaban ausentes. Los hombres no se mataban por cuestiones de interés. El disfrute del suelo estaba muy repartido, y la dulzura del clima así como la frugalidad de las gentes hacían que éstas fuesen generosas y poco apegadas a los bienes materiales.

Otro suceso doloroso tengo que referir, y sabe Dios cuánto me cuesta revelar cosas que puedan obscurecer algún tanto la fama que rodea á estas cuatro venerandas personas. ¿Revelaré este funesto incidente? ¿Llevaré la mundanal consideración y el efecto particular hasta el extremo de callar la verdad, hija de Dios, sin la cual ninguna cosa va á derechas en este mundo?

No podía usted llegar más a tiempo ni en mejor ocasión... ¡Catana!... ¡Catana!... ¿Café? ¿chocolate? ¿cosa de tenedor?... Con franqueza, don Claudio: lo que más apetezca y mejor le siente a estas horas... ¡Catana!... Pero, señor don Alejandro, ¡si yo no acostumbro a desayunarme hasta más tarde!

A continuación veía á René con su uniforme flamante, dulce de maneras, sonriente, como si todo lo que ocurría sólo significase para él un cambio de vestimenta, y exclamaba con un acento enigmático: ¡Qué suerte que no vayas al frente!... ¡Qué alegría que no corras peligro! El novio aceptaba estas palabras como una prueba de amoroso interés.

Tengo que decirle, tío, mejor dicho, debo decirle a usted... perdóneme si soy tan atrevida, pero debo decirle que quiere demasiado a mi prima y acabará por matarla... ¡Yo! ¡Matarla, yo! ¿Qué es lo que estás diciendo? Digo, tío, que su lirio, como usted la llama, es cosa muy frágil, muy delicada, y que combatido por dos amores a la vez no resistirá, sino que habrá de quebrarse.

Después que los visigodos atravesaron los Pirineos á principios del siglo V, y sujetaron á poco las Españas, no pudieron menos de adoptar la lengua y costumbres de los vencidos, y entre ellas su afición á las diversiones teatrales. No deja de ser importante que estas palabras aludan, sin duda alguna, á espectáculos en que hubo recitación hablada.

¡Pero, señor! exclamó Jacobo exasperado . ¿Son estas las gentes timoratas?... ¿De dónde saca mi mujer esos aires de independencia?... Nosotros no estamos separados legalmente y la ley me autoriza para reclamar cuando quiera a mi mujer y a mi hijo. La marquesa se irguió entonces en su butaca, arrogante y amenazadora, desplegando por vez primera sus poderosas alas de águila.

Para recordar todas estas creencias y conservarlas frescas en la memoria, sirvieron mucho las fiestas anuales, comunes á todos los pueblos católicos, y grandiosas por mismas, y otras varias peculiares de la liturgia española.

Así, por ejemplo, decía: «No basta saber regular nuestras acciones externas: sería necesario poder guiar el pensamiento íntimo.» ¿Quería decir con estas palabras que, libre y sola, se sentía, a su pesar, asediada por persuasiones tentadoras a las cuales sin embargo sabía resistir? ¿Y no era harto natural que así fuera?