United States or Bahrain ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y muy bella. ¡Oh! bien, muy bien... haz poner en esa carroza el escudo de los Girones, hijo mío; es un noble escudo, ¡ay! ¡si pudiera ser unir á sus cuarteles los del escudo de Velasco! La última exclamación de la duquesa representaba para los jóvenes el corazón de una madre.

Y los anélidos que componían su escudo, ¿dónde estaban? ¡Oh!, no podían faltar; allí se los veía en enormes botellas, con la viscosa trompa o ventosa pegada al cristal, enroscados, aburridos, quietos, como si acecharan una víctima y esperasen a que entrara por la puerta. Isidora admiró después el orden y aseo con que todo estaba puesto y arreglado en tienda de tan poco fuste.

Manuel, una capa y un buen reloj; Momo, un vestido completo, una faja de seda amarilla y una escopeta; las mujeres y los niños, telas para trajes y juguetes; Anís, un barrilete, o cometa de tan vastas dimensiones, que cubierto con él desaparecía su diminuta persona, como un ratón detrás del escudo de Aquiles.

Vamos á Francia, y á España según espero, en primer lugar para sostener el brillo de las armas inglesas y en segundo término para hacer famosos nuestro nombre y nuestro escudo, ventaja inmensa del caballero sobre el villano.

Le sacará á usted hasta el último escudo y se burlará de usted en seguida. ¡Ah, qué discreta sería si olvidase usted esa locura y viviera tranquila!... ¿Para qué le servirían esos millones, veamos? ¿No es usted dichosa y considerada?... ¿qué más ambiciona? En cuanto á su catedral, no hablo de ella, porque es una majadería.

Encima del Escudo hay un Medallón con un busto de San Jerónimo en alto relieve.

Lo que es á no me haces creer que el señor Claudio Latour, valiente capitán si los hay, me ha hecho cruzar el canal sin más embajada que una salmodia. Pasa el rollo al mocito y apuesto un escudo á que nos lo lee de golpe. Pues por lo pronto, esto no es inglés, dijo Roger apenas leyó algunas palabras.

Si es escudo a todos los que en ella ponen su esperanza, espada con que el Apóstol arma al Cristiano para defenderse y ofender a sus enemigos en toda suerte de tentación, desarmado y por consiguiente vencido y muerto de mano del diablo lo quiere, quien se la quita que no la tenga tan copiosa y tan a la mano, cuanto son muchas y continuas sus tentaciones.

Cerca de ella se alineaban otros toneles que llevaban bajo el escudo real de España los nombres de todos los monarcas e infantes que habían visitado Jerez en el curso del siglo. El resto de la bodega lo llenaban las muestras de todas las cosechas, a partir de los primeros años del siglo.

Admiróle ver lanza arrimada al árbol, escudo en el suelo, y a don Quijote armado y pensativo, con la más triste y melancólica figura que pudiera formar la misma tristeza. Llegóse a él diciéndole: -No estéis tan triste, buen hombre, porque no habéis caído en las manos de algún cruel Osiris, sino en las de Roque Guinart, que tienen más de compasivas que de rigurosas.