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En cambio, los hombres, derribados de su antiguo despotismo y sometidos á la esclavitud dulce y cariñosa que merece el sexo débil, eran dentro de su casa la «esposa» ó la «hija», y en la vida exterior, la «señora» ó la «señorita».

Ladeaba la cabeza hacia su acompañante para mirarle. Debía ser una mirada de prisionera agradecida que quiere olvidar las miserias del remordimiento y se siente contenta sensualmente en la vergonzosa esclavitud.

Por otro lado, pronto desaparecerá y para siempre de la constitución brasileña la triste sombra de la esclavitud.

Clarence King contra nosotros se funda en la esclavitud de los negros; sosteniendo que, acostumbrados nosotros á mandar esclavos, no sabemos mandar hombres libres. No parece, al leer esto, sino que en los Estados Unidos no hubo esclavitud nunca. Dice también el articulista que España se vió forzada á dar libertad á sus negros ¿Y quién le hizo tal fuerza?

Y tal fué la ida de estos misioneros á Santa Cruz de la Sierra, porque yendo solamente á impetrar la vida temporal de un indio, los llevaba Dios para que fuera de toda esperanza rescatasen á innumerables pueblos de la esclavitud del demonio.

Era un excelente médico, buen cristiano y humanitario en extremo. Su idea fija era la abolicion de la esclavitud, y se veía que el extravío de la razón, que no era sino mediano é inofensivo, había dejado intacta toda la pureza de un nobilísimo corazón.

Estoy decidida a intentar, por cualquier medio, una entrevista con mi hija, en la cual, revelándole lo que ignora, espero conseguir que ella misma rompa espontáneamente los hierros de su esclavitud y se decida a vivir, a huir conmigo. No me queda ya más recurso que el de la violencia.

Triste y miserable estado, Dura esclavitud amarga, Donde es la pena tan larga Quan corto el bien y abreviado!

El débil D. Valentín, cuando vió muerta á su mujer, sintió por un lado una pena muy viva, porque todavía la amaba; pero, por otro lado, según aseguran malas lenguas, que siempre están de sobra, advirtió cierto alivio, cierto desahogo, cierto infame deleite en su alma, como si le quitaran un enorme peso de encima, como si le libertaran de la esclavitud.

Aquellos prisioneros tenían quienes los rescatasen; pero ¡cuántos más se vieron obligados á sufrir el yugo de la esclavitud! La esclavitud fué siempre consecuencia del derecho de la fuerza, entonces mostrábase en su más salvaje vigor, sin atenuaciones; sin hipócritas convencionalismos.