United States or Finland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando decimos que es imposible que una cosa sea y no sea á un mismo tiempo, entendemos que hay posibilidad de un no ser; por manera que en nuestro entendimiento la idea de ser no es exclusiva de la del no ser, sino con respecto á una misma cosa y á un mismo tiempo.

Como se ve, Goethe no era un creyente, si por creyente entendemos el que cree en religión determinada; pero distaba mucho de ser un escéptico. Nos inclinamos a afirmar que era optimista, como casi todos los grandes pensadores alemanes, desde Leibnitz hasta que aparecen Schopenhauer y Hartmann.

Convengo en que una extension infinita no será divisible, si por dividir entendemos separar; porque en aquella inmensa plenitud todo estaria en su puesto con una fijeza infinita.

De suerte, que quando decimos en esta obrilla, que la fantasía arrastra, pervierte, corrompe al juicio, entendemos solamente la grande influencia que tiene la imaginativa en nuestras operaciones; bien que siempre suponemos, como varias veces hemos dicho, que el juicio libremente asiente, ó disiente á las cosas que se presentan á los sentidos, ó se imprimen en la imaginacion.

La idea de cuerpo es una idea compuesta; por manera que la de la manzana será: la de una cosa externa, extensa, colorada, olorosa y sabrosa. Siempre que se reunan estas circunstancias, esto es, siempre que yo reciba de un objeto las mismas impresiones, diré que tengo á la vista una manzana. ¿Qué entendemos significar cuando decimos que es una cosa sabrosa?

Disecamos moscas, respondió el filósofo, medimos líneas, combinamos números, estamos conformes acerca de dos ó tres puntos que entendemos, y divididos sobre dos ó tres mil que no entendemos. Ocurrióles al Sirio y al Saturnino hacer preguntas á los átomos pensadores, para saber sobre qué estaban acordes. ¿Qué distancia hay, dixo este, desde la estrella de la Canícula hasta la grande de Géminis?

PANTOJA. Vaya usted... Cuide de que Máximo no intervenga... DON URBANO. Voy. PANTOJA. Temo alguna contrariedad. PANTOJA. ¿Y Máximo? BALBINA. Lleno de confusión, como todos nosotros, que no entendemos... Voy a dar parte a la señora... PANTOJA. No, no. ¿Han venido la Superiora y las Hermanas? BALBINA. Ahí están. PANTOJA. No diga usted nada a la señora. Entre en la casa y espere mis órdenes.

Así, ya que no nos es posible en muchos casos definir la cosa, al ménos debiéramos fijar bien lo que entendemos cuando hablamos de ella; ó en otros términos, deberíamos definir la palabra con que pretendemos expresar la cosa. Yo no lo que es el sol; no conozco su naturaleza; y por tanto si me preguntan su definicion, no podré darla.

El secreto tan alto no entendemos; Sabemos pero bien, que nos es sano El mal que muchas veces padecemos, Que son por los pecados cometidos, Los males muchas veces infligidos. El freno, que le pone Dios eterno, Le hace estar á raya; que si fuera En manos del demonio, en el infierno Al humano linaje ya tuviera.

Y estos objetos tales como los entendemos nosotros, son sensibles: si dichas palabras se toman en otra acepcion, entonces la extension del mundo será tambien de otra especie, no será nada de lo que nos figuramos; será una cosa de que no tenemos idea; y hénos aquí otra vez cayendo en el idealismo.