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Una sociedad decrépita, pero conservando aún esa tenacidad incontrastable que distingue á algunos viejos, sostenía encarnizada guerra con una sociedad lozana y vigorosa llamada á la posesión del porvenir. En este libro asistiremos á algunos de sus encuentros. Sigamos nuestra narración.

También daba á Morel aquel malhadado golpe el derecho de apropiarse las armas y el caballo del enemigo, si hubiera querido ejercerlo. Los aplausos y gritos delirantes de los soldados ingleses y el silencio y los ceñudos rostros del pueblo anunciaron, antes que lo hicieran los farautes, el triunfo de los primeros, que habían obtenido ventaja en tres encuentros, contra dos que ganaran los gascones.

Un "asalto". Las mujeres americanas. Las bogotanas. "Donde" el Sr. Suárez. La Música. Las señoritas, de Caicedo Rojas y de Tanco. El "bambuco". Carácter del pueblo. El duelo en América. Encuentros a mano armada. Lances de muerte. Virilidad. Ricardo Becerra y Carlos Holguín. Una respuesta de Holguín. Resumen. Así son también las ideas que se forman.

Y estos bravos osaban los mayores atrevimientos, con un fatalismo profesional, confiándose al destino. En las tertulias del café contaban lentamente algunos capitanes sus encuentros en el mar, la aparición inesperada del submarino, el torpedo que marraba su blanco por unos metros, la fuga á todo vapor, recibiendo los cañonazos de la persecución.

Sentían gran satisfacción y hasta orgullo ingiriendo en sus ocultos amores el recuerdo del famoso hidalgo. Ojeda, que era poeta, había decidido tomar aquella casa, para sus encuentros amorosos, sólo por la vecindad del convento.

Había creído observar desde días antes, que me espiaba, y al sorprenderla esta vez casi en flagrante delito, le pregunté: ¿Qué quiere usted? Nada, señor Máximo, estaba preparando el gas respondió muy turbada. Me encogí de hombros y salí. El día declinaba. Pude pasearme en los lugares más frecuentados sin temer enojosos encuentros. Mi paseo duró dos ó tres horas, horas crueles.

Apartándose de este boscage, se entra en otro bañado que tiene como tres leguas de ancho, y por el cual se anda á caballo, aunque en ciertos parages suele llegar el agua hasta los encuentros del animal: este bañado termina en el rio de San-Francisco, que es menester pasar en canoa: en seguida se atraviesa una pradera, luego un bosque, mas allá del cual hay una hacienda para la cria de caballos.

Este fué el premio que se dió á la milicia mas invencible y victoriosa de aquella edad, y que sirvió por largos veinte años á tres Reyes, Pedro, Jaime y Fadrique, alcanzando de sus enemigos cinco victorias navales, tres en tierra, sin otros encuentros notables, y sin las expugnaciones de fuertes y grandes pueblos, y otros defendidos con loable obstinacion y valor increíble.

Bajo este punto de vista y como manantial inagotable de datos biográficos, creemos que es obra de sumo interés; en los encuentros que unas tribus de indígenas tienen con otras, en el relato de las terribles y grandiosas luchas que entre sostienen los caciques, así como el de las solemnes, lucidas y pintorescas fiestas de aquellos idólatras, á nuestro humilde juicio hay poquísimos escritores de su mismo género, que, tratando asuntos análogos, le aventajen.

Animada fué la semana: hubo encuentros parciales en que se cruzaron el baston y el sable y en uno de ellos se distinguió Basilio. Llevado en triunfo por los estudiantes y presentado al profesor, fué desde entonces conocido, llegando á ser su favorito. Parte por esto y parte por su aplicacion, aquel año se llevó sobresalientes con medallas inclusive. En vista de esto, Cpn.