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Los verdugos se armaron con rajas de leña, y Ramiro advirtió que el hierro de una alabarda acababa de alzarse todo rojo de sangre. Sin embargo, un labriego logró llegar hasta la morisca y asestarla un garrotazo en el hombro; una vieja la hincó por la espalda la hoja de una tijera atada a un carrizo; un dardo, venido quién sabe de dónde, se le clavó en el costado.

Y, sin embargo, sentíase humillado, adivinando que la verdadera rivalidad entre ellos no era zapateril, sino de otro orden más íntimo y personal, y que en aquella larvada e inevitable rivalidad acaso Belarmino saliese vencedor. Fué el jueves Santo, por la noche. Habíamos cenado en la habitación de don Guillen.

Era, sin embargo, cierto que había visitado en Caprera a Garibaldi, y confiádole una peregrina historia que explicaba por completo la desaparición de los papeles, sin culpa de nadie, por supuesto.

Aunque el atractivo femenino no sea un obstáculo, no es sin embargo indispensable, puesto que la simpatía se encuentra con frecuencia entre personas del mismo sexo y que no asusta a los cabellos blancos.

Sin embargo, Lady Clara se dignó acogerlo con amable sonrisa y con una mirada de sus peligrosos ojos, y el coronel, con una tos forzada y pavoneándose, se colocó a su izquierda. El camino está expedito dijo el coronel. Galba ha ido a Dutch Flat de paseo; no hay en la casa más que el chino y no debe usted temer molestia de ningún género.

A me gustan los cangrejos porque son pacíficos, serios, saben los secretos del mar, no ladran ni asustan a las gentes como los perros, que tan antipáticos le eran a Goethe, el cual, sin embargo, no estaba loco». Tenía la preocupación del mundo invisible y de los mitos cosmogónicos, y cultivó los círculos misteriosos de Swendenborg y, del clérigo Terrasson.

El corazón me late desesperadamente. Yo no quiero decirle... sería una locura... y, sin embargo, me pongo a asegurarle que yo no hago frases, que desearía probárselo, o cosa así... Porque, a hacerle una declaración en regla, por el momento ¡gran Dios! no me atrevo.

Los hombres son casi siempre torpes y testarudos que Dios los ayude ; sin embargo, cuando no están ebrios no carecen de sentimientos, aunque no sepan poner vendas ni sanguijuelas: son demasiado bruscos e impacientes. Fijaos, primero se pone esto sobre el cuerpo prosiguió Dolly, tomando una camisita y poniéndosela a la niña.

Celoso, se apresuró á decir el capitán, celoso... de los hombres, no... mas ved, sin embargo, hasta donde llega mi extravagancia.

Sin embargo no propongo esta reforma, porque su destino principal no es guarnecer los fuertes, sino el salir á campaña siempre que se ofresca perseguir á los indios, ó atacar enemigos de otra especie; ademas de que los blandengues han de ser los que han de poblar la pampa, y fomentar con su prest las villas, segun diré mas adelante.