United States or Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Así llaman á una lomada, desde la cual se extienden otras al OSO, y haciendo un pequeño giro, se prolongan en la direccion NO hasta los Camarones Grandes. Otra rama de colinas se eleva del mismo parage, extendièndose hácia el NO. El espacio comprendido entre las lomadas de que se acaba de hablar, es bagio, y por lo mismo abundante de agua; por cuyo motivo en tiempos secos traen

Naturalmente el calor de la Línea eleva el agua en vapores, formando esa sombría faja. El observador que desde otro planeta contemplara el nuestro, vería cernerse sobre él un anillo de nubes con corta diferencia como observamos nosotros el de Saturno.

Me ha disgustado siempre la ligereza escéptica con que los sabios de bufete suelen acoger lo que los marinos nos dicen, por ejemplo, de la altura de las olas. Búrlanse de los navegantes que las hacen ascender á cien pies. Algunos ingenieros han creído poder medir una tempestad, y de sus cálculos resulta que el agua no se eleva á más de veinte pies.

Gabriel, ¿no hay enfrente y hacia la derecha unos grandes pantanos? ¿No se ven a la izquierda unos cerros que terminan en lo alto con un pequeño bosque? ¿No se eleva delante una colina en cuya falda blanquea un pueblecillo? Y aquellas torres que distingo al otro lado de dicha colina, ¿no son las del castillo de Austerlitz?

Si la Luna eleva las aguas tres pies, el Sol y ella juntos las hacen levantarse hasta cuatro. ¿Y a qué se debe que las mareas sean más fuertes en unos lugares que en otros? Porque he oído decir que en algunos puntos de la Tierra llegan a alturas enormes. Es cierto, Cornelio, y se explica por la configuración especial de ciertas costas.

Estas causas son: en primer lugar, la altura meridiana á que el Sol se eleva sobre el horizonte; en segundo lugar, la duración del día, esto es, del tiempo que el astro tarda en recorrer su arco diurno.

Hasta ahora las artes no han sabido apoderarse de esas maravillas que tanto las hubieran auxiliado. La magnífica estatua de la Naturaleza que se eleva á la puerta del Jardín de Plantas, de París, debiera estar rodeada de tales atributos. Aquella estatua había de figurar con el cortejo triunfal que nunca la abandona, era preciso realzar con todos sus dones el majestuoso trono do se sienta.

Fulano, el senador, quebrado; la casa tal y compañía, quiebra fraudulenta; el corredor B., desaparecido; Mengano, en descubierto por doscientos mil pesos; éste, por quinientos mil; aquél, obligado a hacer cesión de bienes... A cada nombre conocido se eleva un clamor del grupo, como si Rocchio diera un pinchazo en carne viva; las caras se alargan y los comentarios se suceden sordamente.

La verdadera nobleza, como se entiende, en las monarquías, nace con un rey y muere con él. No brilla más que alrededor de un trono que se eleva o de un trono que cae. Los guerreros que levantan un rey sobre su bandera, los guerreros que mueren con su raza, he ahí a los nobles. Yo no reconozco más títulos que los que se han sellado con la espada o sancionado en el cadalso.

Un viajero desconocido va á atravesar con respeto tus umbrales y á revelar tus encantos á las generaciones presentes y futuras. Eleva su lenguaje al par de tu belleza, evoca ante él todas tus glorias y recuerdos, enardece hasta donde puedas su corazon, exalta hasta donde quepa su humilde fantasía.