United States or Venezuela ? Vote for the TOP Country of the Week !


En las costas de Tenedos, las mujeres helénicas, con las cabelleras sueltas, arrojaban flores al mar en memoria de las víctimas, con un dolor teatral semejante al de las heroínas de la antigua Troya, cuyas murallas estaban enterradas en las colmas de enfrente.

El socorro que digo, pues, venido Alegra nuestro ejército hambriento, Y en gozo y en placer es convertido, El pasado dolor y gran lamento: Mas nuestro Yamandú ya arrepentido, De estarse con nosotros tan de asiento, En una tenebrosa noche y prieta, Sin nadie lo sentir, huyendo aprieta.

Al abuso de nuestras facultades físicas sucede el dolor; á los extravíos del espíritu siguen el pesar y el remordimiento. Quien busca con excesivo afan la gloria se atrae la burla; quien intenta exaltarse sobre los demas con orgullo destemplado, provoca contra la indignacion, la resistencia, el insulto, las humillaciones.

Iba a cantar uno de aquellos romances que sacaba de su cabeza; una «relación» cortada a uso del país por un alarido tembloroso, gorjeo de dolor que se iba prolongando mientras el cantante tenía aire en los pulmones.

Se observan sensaciones de presion sobre el vientre, dolores cólicos, timpanitis, meteorismo, pero ningun dolor, porque los únicos que se han referido para el abdómen, pertenecen á los músculos psoas, á la íngle y anillo inguinal.

»Nuestro hermano no tenía derecho alguno á oponerse, pero sintió grandemente que su pobreza no le permitiese sufragar los gastos de los estudios de Juan; á los tres días abrazó llorando á nuestro rapazuelo, que partió acompañado de su ayo y llevando en el bolsillo algunos ducados de que nos desprendimos sin dolor Jerónimo y yo, aunque no nos quedaban otros tantos.

Acaso el dolor penetre en los átomos de la materia y los haga sabrosos, así como el dolor cuando penetra en el espíritu le purifica, le acendra y le presta bondad, hermosura y merecimientos que nunca sin el dolor alcanzaría. No deberíamos entonces decir como Epícteto: ¡oh dolor! nunca confesaré que eres un mal; sino ¡oh dolor! eres un bien y el crisol de las mayores excelencias y virtudes.

Sin duda, la naturaleza poco sensible del joven no lo incitaba a profundizar la pena que ella sentía, ante las fatalidades que amenazaban a los seres más caros a su corazón. Pero ella misma ¿no tenía algo que reprocharse? ¿Se había confiado a él como a un amigo y protector, en quien se busca amparo y consuelo en el dolor?

Si no te hubieras soterrado en tu dolor como un topo en su cueva, si no hubieras huido ante todo rostro humano, sabrías desde hace tiempo lo que hasta los gorriones se cuentan en los techos: que en la mañana de su muerte, yo recibí una carta de ella... , tío, de ella... ¡Oh, amigo mío! Me estás rompiendo los huesos. Escúchame primero tranquilamente. Y le contó lo que contenía la carta.

En tiempos de calamidad general, de epidemia, ó de escasez, nadie había tan llena de abnegación como Ester: en los hogares invadidos por la desgracia, allí entraba ella, no como huésped intruso é inoportuno, sino como quien tiene pleno derecho á hacerlo; cual si las sombras que esparce el dolor fueran el medio más adecuado para poder tratar con sus semejantes.