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Lo mismo puede decirse de las doctrinas cosmogónicas, geológicas, filosóficas etc., a que el FAUSTO alude. Lo que Goethe quiere decir lo dice por entero, y no es menester acudir a otros libros para explicarlos, a no ser que se desee saber de quién lo tomó o por qué lo dijo.

¿Ha perseguido Rosas a los políticos, a los escritores y a los literatos? Pues ved lo que ha sucedido. Las doctrinas políticas de que los unitarios se habían alimentado hasta 1829, eran incompletas e insuficientes para establecer el Gobierno y la libertad; bastó que agitase la Pampa para echar por tierra su edificio basado sobre arena.

Don Anselmo, excitado, volvió a desenvolver sus doctrinas de positivismo, y el Padre, cediendo a las instancias de doña Luz y de su amiga, volvió a discutir con su acostumbrada dulzura, tranquilidad y sosiego. El P. Enrique ni estaba más pálido, ni más flaco, ni más caído que antes. En su voz no se notaba jamás la menor alteración; nada de violento ni de atormentado en sus ademanes ni en su gesto.

Con mucha honra suya descuella entre sus contemporáneos D. Ramón de la Cruz. Murió á fines del siglo XVIII. Su educación literaria se contaminó también con las doctrinas francesas, y algunas tragedias y comedias que escribió se ajustaban en todo al sistema clásico.

Y lo que es las tesis, cualquiera que tenga el antojo de demostrar alguna ó de inculcar y difundir doctrinas morales, sociales, políticas ó religiosas, lo mejor es que desista para ello de ser novelista ó dramaturgo, y componga Tratados científicos, disertaciones, homilías ó peroratas.

No importa que él se aparte de las doctrinas de las escuelas: los autores que nos ilustran, no son solo aquellos cuyas opiniones profesamos. Al tratar de las ideas, tendré ocasion de manifestar mis opiniones sobre este particular; y así por ahora, me ceñiré á copiar algunos textos de Santo Tomás, el representante mas ilustre de la filosofía escolástica.

Sin duda que el llegar al último fin, es un grande interés del ser inteligente; pero al menos este interés se toma en un sentido grandioso, que no alienta el desarrollo de un egoismo mezquino. Reconocida esta diferencia entre las dos doctrinas, diré que tampoco esta última me parece admisible. La bondad moral ha de ser conducente al fin; mas esto no constituye el carácter de la moralidad.

Ocioso es añadir que se guardó para estas doctrinas escandalosas porque era difícil expresarlas delante de las madres. Las Micaelas por dentro i Cuando las dos madres aquellas, la bizca y la seca, la llevaron adentro, Fortunata estaba muy conmovida.

Así propendía más hacia las doctrinas de Bruno, de Espinosa, y de Schelling, que hacia las de Fichte; pero, del mismo modo que no se dejó llevar jamás del sensualismo, hasta pensar que la realidad de las cosas y la impresión que causan en nosotros pueden dar ser a la ciencia, tampoco su sentido común consintió nunca en dar crédito a la creación de lo real por lo ideal.

Lo peor fue que allá en mis adentros discurrí yo de esta suerte, cuando íbamos llegando ya a la isla de Madera: Las historias que yo cuento y las doctrinas que expongo a D. Pepito son desatados fragmentos, hojas rotas arrancadas de un libro sin orden y sin método, carecen de conjunto, no tienen unidad, ni principio, ni fin, ni objeto.