United States or Nigeria ? Vote for the TOP Country of the Week !


Tuve que bajar de la cabaña un carro de yerba y cenamos tarde... Además, mi madre tampoco hoy quiso dejarme marchar sin el rosario. Ha hecho bien. Faltar á las oraciones por divertirse es doble pecado... ¿Y tu madre y tu hermana vendrán mañana? Las dos me encargaron para ti muchos recuerdos. Mi hermana quería venir á la misa, pero tiene á su niño un poco enfermo y acaso no podrá.

Sólo quedaban los gitanos y las bandas de muchachas que bajaban a la escarda confiadas a la vigilancia de sus manijeros. El amo recibía con satisfacción estos informes. No le gustaba divertirse teniendo a la vista a los jornaleros, gentes envidiosas, de corazón duro, que rabiaban con la alegría ajena y andaban después propalando los mayores embustes.

Las niñas, Rafael y Juanito, unos amigos de aquél... en fin, un buen golpe de gente joven y alegre, que bailaría, cantaría y sabría divertirse sin faltar a la decencia, hasta llegar la hora de la misa del Gallo.

Se sabe que la marquesa de Latour-Mesnil, aunque había sido de las más bellas y de las mejores, no por eso había sido feliz con su marido. No porque fuera un mal hombre, pero le gustaba divertirse, y no se divertía con su mujer.

No, querida mía se apresuró a decir María Teresa que no quería dar tiempo a Diana de contestar afirmativamente. A la noche nos veremos en el Casino; ¡hasta la vista! divertirse mucho. Y llevándose consigo rápidamente a Diana, dejó al joven en las garras de Alicia que quería absolutamente que la acompañase hasta su casa.

Como extraordinarios, las romerías cercanas y los jaleos de las sociedades Sin nombre, Unión soltera y otras ejusdem farinoe. En los cafés jugaba al billar ó al dominó, aunque prefería el papel de espectador, con el santo fin de divertirse á costa de algún jugador distraído ó atrabiliario. En las calles, ya conocemos el género de las diversiones á que se dedicaba.

Su mujer parecía que le amaba; sin embargo, su carácter alegre y su temprana juventud la excitaban al regocijo y la impulsaban a que tratara de distraerse y divertirse. No era doña Beatriz despilfarrada, sino ordenadísima y económica.

No podía, por tanto, recibir aquí mucha gente y, exceptuando el señor Tragomer y el señor de Sorege, no conocíamos á sus amigos. Á los demás los veía en el círculo, en el teatro, en las carreras, en sociedad. Bien sabe usted que él iba á todas partes, que todo el mundo le invitaba y que él no se hacía rogar cuando se trataba de reír y de divertirse. Era muy vehemente, ¡Oh!

Que V. se estaba riendo de y sólo aparentaba quererme por divertirse un rato... Que cómo podía figurarme yo que un joven rico y elegante se había de casar conmigo... ¿Todo eso te han dicho? exclamó Miguel con sorda irritación. ¿Nada más?

Allá en el Vivero los convidados habían puesto a mal tiempo buena cara, y mientras en el palacio viejo los curas rurales, el Marqués, y algunos otros señores de Vetusta jugaban al tresillo a primera hora y más tarde al monte, que llamaba el clero del campo la santina, en la casa nueva todas las damas y los caballeros que habían querido correr por los prados en la romería, procuraban divertirse como podían y se bailaba, se tocaba el piano, se cantaba y se jugaba al escondite por toda la casa.