United States or Italy ? Vote for the TOP Country of the Week !


Un hombre y un muchacho habían descendido de ellos y parecían divertirse tirando un lazo por el aire. Era un lazo de cuerda, ligero y fácil de manejar, aunque de menos resistencia que los verdaderos lazos de cuero usados por los jinetes del país. Reconoció Elena al muchacho, con su instinto de mujer más que con sus ojos.

Hubo silencio durante un momento, como tributo rendido a sus esperanzas muertas. Nadie se movía de su sitio. Al fin uno dijo en alta voz: Señores, buenas noches y divertirse. Me voy a la cama. Este saludo les sacó de su estupor. Los grupos empezaron a disolverse lentamente, no sin lanzar coléricas exclamaciones. Algunas personas se alejaron caminando dentro de los soportales.

Subimos en silencio, aguardé un instante en la sala, y doña María después de pequeña ausencia apareció trayendo a Inés de la mano, y me dijo: Ahí la tiene usted... Puede usted llevársela, huir de Cádiz... divertirse, , divertirse con ella. Le aseguro a usted que vale poco... Después de la declaración de su madre, yo aseguro que ni la marquesa de Leiva ni yo haremos nada por recobrarla.

Porque es ella la que alienta las primeras insinuaciones del hombre, aunque su corazón no esté interesado; unas veces por demostrar a las demás que tiene pretendiente; otras veces por dar celos con el incauto al que verdaderamente ella quiere; no pocas veces también por divertirse, por coquetería, o por curiosidad.

No me ofendo replicó la joven procurando sonreir. Voy a saludar a Rosario. ¿Quiere usted llevarme? En la antesala, separada sólo por algunas columnas del salón, charlaban los padres graves, echando ojeadas satisfechas a éste, donde veían a sus hijas divertirse. Alguna vez, se destacaba un máscara del baile, y venía a embromarles.

No quiero, pues, alterar la verdad de mi historia e ir contra esta ley del progreso humano, convirtiendo en un monstruo al Conde de Alhedín. Atengámonos a la verdad. El Condesito, según he declarado ya, era un excelente chico, ligero, amigo de divertirse, muy tentado de la risa, pero mejor que el pan.

Pronto, y tan bajo como te sea posible. Perla murmuró algo á su oído que resonaba á manera de lenguaje humano, cuando no era en realidad sino la jerigonza ininteligible y sin sentido alguno que usan á veces los niños para divertirse cuando están juntos. De todos modos, no le comunicó ninguna noticia secreta acerca del viejo facultativo.

Aquella breve escena dejó en el corazón de Tristán una alegría suave, íntima que se advertía en su mirada. Mas era el sino de este joven que jamás pudiera perdurar en él la calma. En cuanto se mezcló a los invitados advirtió un grupo de señoritas que rodeaban al marquesito del Lago y con él parecían divertirse.

No había que contar con ellos para subvencionar la orquesta, ni el teatro, ni otro recreo público. Los jóvenes indígenas si querían divertirse necesitaban apelar al bolsillo de sus papás. Ya sabían que era inútil solicitar el auxilio del oro americano. Esto les indignaba. Por la espalda, y aun de frente, les llamaban roñosos, aldeanos, burros cargados de dinero.

Como el ama de la casa autorizaba sobradamente la tertulia, las mamás que nada esperaban ya de las vanidades del mundo, dejaban ir a las niñas solas. Además, nunca faltaban casadas todavía ganosas de cuidar la honra de sus retoños o de divertirse por cuenta propia. ¿Y quién duda que estas se harían respetar? Allí estaba Visitación por ejemplo.