United States or Zambia ? Vote for the TOP Country of the Week !


En todo caso, una preciosa hereje dijo, y hasta podría deciros, ¡dos divinas herejes! Son dignas de verse las dos hermanas a caballo, en el Bosque, con dos pequeños grooms, de este alto, por detrás. Vamos, Pablo, cuéntanos ahora, lo que sepas... ese baile de que hablabas... ¿Cómo fuiste a casa de las americanas? ¡Por una gran casualidad! Mi tía Valentina se quedaba en su casa aquella noche.

Un esposo como el mío, que se confunde con la plebe, merece que se le iguale con la generalidad de los maridos. Vos meditaréis. Ya lo creo... y porque medito me vengaré del rey, que no ha sabido tener personas dignas al lado de su hijo, mortificándole; del príncipe, enamorándole y burlándole... ¡Ah! burlándole... es decir...

También éste le quería y aprobaba su aversión por los libros. Si de tarde en tarde era el capitán el que venía al buque por unos momentos, Caragòl le hablaba obstruyendo la puerta con su cuerpo, al mismo tiempo que sonreía maliciosamente. Para Esteban, las dos cosas más dignas de admiración eran el mar y su padre.

Casi todos los cronistas de Madrid hablan de una tradición, aunque con visos de novelesca, apoyada en noticias dignas de crédito, verosímil, dadas las costumbres de la corte en aquella época, y a la cual va indirectamente unida una de las obras más célebres de Velázquez: el Cristo crucificado. MARTÍNEZ MONTA

En la porción moderna se ven las espléndidas calles dignas ó rivales de la mejor capital europea, los grandiosos edificios, los hoteles que parecen palacios, los suntuosos cafés y almacenes de lujo y modas, las magníficos paseos sombreados por arboledas, las elegantes fuentes y las limpias y bellas plazas.

-Mejor fuera al revés -dijo el caminante-: el cetro en la cabeza y la corona en la mano. Y será, si a mano viene, que debe de estar dentro alguna compañía de representantes, de los cuales es tener a menudo esas coronas y cetros que decís, porque en una venta tan pequeña, y adonde se guarda tanto silencio como ésta, no creo yo que se alojan personas dignas de corona y cetro.

El curioso DON JUAN DE OQUINA en prosa La puso, y dió á la estampa para gloria De nuestra edad, por esto venturosa. Ni en fabulosa, ó verdadera historia Se halla que otras fiestas hayan sido, Ni puedan ser mas dignas de memoria.

Usted no habría investigado demasiado minuciosamente el pasado de aquel hombre, no se habría inquietado de sus primeras y menos dignas pasiones. Eso está en las leyes naturales, que quieren que los hombres sean más ansiosos de la dicha, más impacientes. Aquel hombre habría desdeñado su pasado y habría temblado de gozo y orgullo al estrechar contra su corazón a la virgen.

Las costumbres del Anay, terrible insecto para el indio filipino, son en extremo curiosas y dignas de ser conocidas por el colono peninsular, contra cuyos horrorosos estragos ha de adoptar gran número de precauciones.

Cuando se canse de reír, avise dijo Maltrana, algo amostazado . Pero ¿no ve usted que nos están mirando esas dignas señoras?... Las conozco, y no quiero perder su amistad.