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Es un milagro del Cielo el que la ha conservado a usted, y ahora que ya conozco a usted bendigo desde el fondo de mi corazón los decretos de la Providencia. Le doy las gracias, don Diego, y le reconozco a usted en ese lenguaje noble y religioso. Es usted demasiado buen cristiano para rebelarse contra un milagro. Pero, ¿no siente usted ningún disgusto?

V. m., q. s. m. b., DIEGO DE SILVA VELÁZQUEZ S.r Diego Valentín Díaz. Partidas de defunción de Velázquez y de doña Juana Pacheco, su muger. Partida.

Con mucha aplicación escribieron para el teatro los hermanos DIEGO y JOS

¡Santo Cristo bendito de Rodillero, quién lo diría! ¡Tantos pecados como hemos cometido sin saberlo! Pues yo no los confieso exclamó Nuncita con resolución. Los confesarás, Niña expresó gravemente la primera. Que no. ¡Niña! Que no quiero. ¡Silencio, Niña! Los confesarás y tres más. Mañana mismo te llevaré a Fray Diego.

Con esto la tornada procuraban; Y queriendo hacerse de esto prueba, Las cosas de esta suerte se trazaban, Que salga Diego Flores con Armada, Que vaya á nuestro Estrecho enderezada.

El mariscal de Castilla D. Diego Fernandez de Córdoba, señor de Baena, lo obtuvo, con la villa erigida en condado, del rey D. Enrique IV, y de su casa pasó á la de Sesa, y despues á la de Altamira, cuyo primogénito lleva el título de conde de Cabra.

Virey, los Señores Alcalde ordinario de primer voto, y Procurador Síndico general de ciudad. Por el Sr. D. Diego de la Vega, Contador Mayor Decano, se dijo: Que reproduce el anterior voto del Sr. D. Manuel José de Reyes, con solo la diferencia de que los adjuntos al Exmo. Sr. Virey sean de la eleccion del Exmo. Cabildo. Por el Sr.

Este mismo dia 15 salieron en la lancha el piloto D. Diego Varela y el Padre Quiroga á sondar el canal de la entrada, y marcar todos los bancos que hay en su boca: pero por el viento recio se vieron precisados á desembarcar en una pequeña ensenada, donde echando la red los marineros, la sacaron llena de peces grandes, todos de una especie, que parecen truchas de siete á ocho libras.

Diego de Vera Ordóñez y Villaquirán, capitán de infantería y alguacil mayor de la Inquisición de Cataluña, fué nombrado caballero de la orden de Calatrava en el año de 1653, y es el mismo D. Diego de Vera citado por Agustín de Rojas. Antonio de Herrera y Saavedra, muerto en 1639. Jacinto de Herrera y Sotomayor.

Prefería verlo en relaciones con una mujer de mundo, que perdido entre los placeres fáciles en los cuales se arruina el cuerpo y se envilece el alma. »La delicadeza de la señora Chermidy era de carácter tan quisquilloso, que don Diego no pudo ofrecerle ni la menor bagatela. Lo primero que aceptó de él, después de un año de intimidad, fue una inscripción de cuarenta mil francos de renta.