United States or Gibraltar ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los alanos le asían de las orejas, los ventores de las patas traseras, los perneadores de donde podían, y no era posible ayudarlos. Las damas gemían al ver morir, uno a uno, a los hermosos lebreles amarillos y blancos.

Algunos, más resueltos, las manos a la espalda, miraron a las dos damas del modo más insolente.

Los transeúntes deteníanse extrañados y quedábanse muchos contemplando aquella larga procesión de damas, rara en Madrid, a la clara luz de las tres de la tarde.

Las damas volvieron también sus rostros hacia él con curiosidad y respeto, y Pepa Frías se levantó para saludarle. Hasta el padre Ortega abandonó a su marquesa y se adelantó inclinado, sumiso, dirigiéndole un saludo almibarado, sonriéndole con sus ojos claros al través de los fuertes cristales de miope que gastaba.

El príncipe interrumpe con su mudo llamamiento unas explicaciones de la guerra que hacen estremecer á las dos damas. Coronel: un asunto de honor. Quiero batirme mañana. Busca otro padrino. Toledo parece desconcertado por la orden. Su primer pensamiento vuela hasta Villa-Sirena. Ve el negro levitón, la vestidura solemne del honor pronta á salir de su encierro.

Las quince o veinte damas, que apenas podían revolverse en aquel sitio, hablaban a un tiempo, como es natural, haciendo de aquel silencioso y elegante retiro un insufrible gallinero.

Para la aplicación y ostentación de estas mudables reglas de buen tono, cuentan las elegantes de Granada con bastantes coches propios, con dos teatros, con excelentes modistas, con baños de mar en la cercana costa, con su correspondiente Junta de Damas de Beneficencia, y con una deliciosa Rifa de la Inclusa, en público, en una gran tienda de campaña colocada en el paseo del Salón, durante las famosas fiestas del Corpus; tienda que es una copia en miniatura del Paraíso de Mahoma, por lo que respecta á la hermosura de las huríes que premian allí las buenas acciones de los héroes.

Hubo, lo mismo que á la entrada, apretones de manos, besos sonoros y mucho ruido. Todas las damas hablaban á un tiempo. Octavio aprovechó la confusión para mandar un beso á su novia con la punta de los dedos. Por fin el bullicioso grupo salió á la tienda, y de allí, después de haber tomado en su compañía la parte masculina de la tertulia, á la calle.

Allí van las virginales deidades indias, moradoras de los lagos, que con el calor de sus pechos entibian el agua que ha de regar la flor del loto; las impúdicas danzadoras egipcias y malacitanas, que acuden a Roma para divertimiento de Césares; las doncellas corintias consagradas a Palas, que asisten a las Panateneas; las sacerdotisas galas que lanzan a los bárbaros contra el antiguo mundo; las damas de las cortes de amor que tiñen en la púrpura de su sangre la flor que ha de premiar a su poeta; las cortesanas del Renacimiento, que el arte convierte en imágenes de dolorosas; las monjas españolas, devoradas de histerismo religioso; las damas galantes de la Francia borbónica, que sin traicionar al amor supieron hacer de cada hombre un amante; y, por último, la mujer moderna, cuyo tipo varía, desde la Hermana de la Caridad que riega con sus piadosas lágrimas las llagas del herido, hasta la pecadora de oficio que, vendiéndose al rico y regalándose al pobre, ofrece a todos la ilusión del amor.

Ínterin llegaba el esperado día de asistir a la fiesta nocturna, Pilar se acostumbró a pasar un par de horas en el salón de Damas del Casino, de una a tres de la tarde generalmente.