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No le quedó en el cuerpo un solo pormenor. « Alvarez, que es muy largo, muy sutil me dice: ¿Cree el señor García que Cervantes escribió con pureza el idioma castellano? Yo que le vi venir en seguida le respondo: Distingamos: ¿Qué entiende el señor Alvarez por escribir con pureza un idioma? ¿Es acaso aceptar en absoluto como un esclavo todos sus giros y locuciones?

Tenía don Eleazar un cuerpo de oso y una cabeza de leona mansa; su cutis fino y terso, a pesar de sus setenta años largos, daba a su rostro cierta capa de venerable distinción y de majestuosa ancianidad que imponían a primera vista.

Presidente en el cuerpo capitular, á la derecha del Señor Alcalde de primer voto; y este arengó al concurso, que se componia de algunos Señores Ministros de la Real Audiencia, Contadores Mayores, Reverendo Obispo, Ministros de Real Hacienda, Dignidades y Prebendados, Prelados de las religiones, Gefes Comandantes de los cuerpos y empleados; haciéndoles entender el fin de aquella concurrencia: y me ordenó á mi el actuario leyese la acta de eleccion de la Junta, lo que así verifiqué.

¿Policía secreta ó ladrones? se preguntó Camaroncocido é inmediatamente se encogió de hombros; y á ¿qué me importa? El farol de un coche que venía alumbró al pasar un grupo de cuatro ó cinco de estos individuos hablando con uno que parecía militar. ¡Policía secreta! ¡será un nuevo cuerpo! murmuró. E hizo su gesto de indiferencia.

El jinete, que D. Salvador sólo distinguía de espaldas, era un hombre sumamente alto y erguido; llevaba un pesado poncho azul oscuro que le cubría todo el cuerpo y que descendía hasta más abajo de las rodillas. La cabeza, además de un sombrero de fieltro y de anchas alas caídas, estaba cubierta por un pañuelo colorado. Unas grandes botas completaban el traje.

Por ello tuve, á mi pesar, que echarme al cuerpo mi ración correspondiente, pues desairarla era, á lo que vi, la mayor ofensa que podía hacerse á la rumbosa prodigalidad de mis tíos.

Su cuerpo fué traido á Córdoba y sepultado en el coro viejo, donde tiene este epitafio: Illmus. ac reverendissimus D. D. Enecus Manrique almæ hujus Ecclesiæ Cordubensis Pontifex hic jacet: hujus memoria in benedictione est. Obijt anno suæ statis XLII in civitate regia primus presidens Kal. Martij anno Domini CCCC nonagessimo VI supra mille... Lector dic ave.

La Virgen tenía una corona de hierro, en cuyos picos debió de haberse enredado una cometa de algún chico de la vecindad, pues un jirón de papel, todavía suspendido junto al cuerpo de la sagrada estatua, a impulsos del viento se movía. El papelejo fué lo que a me pareció un brazo que se movía y una mano que me llamaba.

Si le ofrecen una plaza en los ejércitos la desdeñará, porque no tiene paciencia para aguardar los ascensos, porque hay mucha sujeción, muchas trabas puestas a la independencia individual, hay generales que pesan sobre él, hay una casaca que oprime el cuerpo y una táctica que regla los pasos; ¡todo esto es insufrible!

Lentamente se ha ido sosegando el maestro; sus párpados descienden pesados y se cierran; su cuerpo yace inmóvil... Todo está quieto; los rayos del sol se filtran por la parra y caen en vivas manchas sobre los ladrillos del patio; el jilguero desenvuelve sus trinos; una mariposa blanca va, viene, torna, gira, repasa entre los verdes pámpanos.