United States or Cabo Verde ? Vote for the TOP Country of the Week !


María dijo Stein cuando esta hubo acabado la lectura , , que no conoces al mundo, no puedes graduar cuánta y qué profunda verdad hay en estos versos y cuánta filosofía. ¿Te acuerdas que te expliqué lo que era filosofía? , señor respondió María , la ciencia de ser feliz. Pero en eso, señor, no hay reglas ni ciencia que valga; cada cual entiende el modo de serlo a su manera.

De esta explicacion resultará comprobado con cuánta verdad he dicho que esta doctrina de las escuelas, solo puede ser ridiculizada por quien no la comprenda; y que sea lo que fuere de su fundamento, no se le puede negar importancia ideológica.

¡Cuánta serenidad, pues, en menos de un año, para ocuparse en apuros de la patria hasta de los más pequeños dimes y diretes! ¡Cuánta conversación! Temístocles le decía a su general: ¡Pega, pero escucha!

Linda creacion de un genio ignorado, ó quizás de un mero artífice rutinero, ¡cuánta animacion dás á ese humilde rincon en que nadie repara, y cuánto hablas al alma del viajero creyente, que así como suele encontrar los destellos de la virtud en los mas pobres hogares, halla á veces las perlas del arte en los olvidados escondrijos, donde solo las acompañan las sencillas aves y los aromas de las silvestres flores!

Otros inconvenientes y sobras había también por allí, aunque no hablo de ellos por no pecar de prolijo. Pero en cambio, ¡cuánta hermosura y cuánta magnificencia!

Todo esto me lo figuraba yo con tal viveza y lo veía con tal hermosura, que, no lo dude Vd., si yo llego a ver y a tratar a esas mujeres de que Vd. me habla, lejos de caer en la adoración y en la locura que Vd. predice, tal vez sea un desengaño lo que reciba, al ver cuánta distancia media de lo soñado a lo real y de lo vivo a lo pintado.

Para ella, era yo, si no lo primero, al menos algo que se ama y que se echa de menos durante ausencias de una hora. En tan poco tiempo, ¡cuánta mudanza! Todo lo que estaba viendo me parecía expresar la felicidad de los esposos y como un insulto a mi soledad.

Su semblante aparecía pálido y triste; pero se animó cuando vió al cocinero mayor. Bésoos los pies, señora dijo éste inclinándose delante de la joven. Dios os guarde, Montiño dijo doña Clara ; ¡con cuánta impaciencia os he esperado! Sentáos. ¿Y á causa de qué ha sido esa impaciencia, señora? dijo Montiño sentándose. Anoche han pasado cosas muy graves.

17 Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El trigo alegrará a los jóvenes, y el vino a las doncellas. 1 Pedid al SE

Han pasado cerca de dos meses y no he cumplido, mi promesa; y aunque pudiera excusarme por haber estado mala, muy mala, según dicen, prefiero acusarme y pedir a usted perdón, para oír en mi corazón aquellas palabras tan dulces que pronunciaba usted después de la confesión de mis faltas: «¡Váyase en paz!» ¡Cuánta necesidad tendría de sus consejos en esta existencia tan nueva!