United States or China ? Vote for the TOP Country of the Week !


Trajo además de allá, entre otra infinidad de manías, la de las antigüedades, la cual fue muy del agrado de su padre, y contribuyó no poco en adelante al esplendor y respetabilidad siempre creciente de la familia.

Y de un extremo a otro de los talleres, entre el calor creciente y la broma y bullicio que aumentaban, corría una oleada de regocijo, de franca risa, de diversión natural, de juego libre y sano; una afirmación enérgica de la femenidad de la Fábrica.

¡Ah, gaucho fino! decía el abuelo, orgulloso de estas hazañas . Toma cinco pesos para que le regales un pañuelo á una china. El viejo, en su creciente embrollamiento mental, no se daba cuenta exacta de la relación entre las pasiones y los años. Y el infantil jinete, al guardarse el dinero, se preguntaba qué china era aquella y por qué razón debía hacerle un regalo.

Pero, repentinamente, al triste concierto se unió un murmullo creciente parecido al de una multitud lejana que sollozaba, gemía y gritaba desesperadamente. Mi sueño se hacía intranquilo por momentos, cambiándose al instante en pesadilla y despertando sobresaltado.

Esa imagen fue para al principio, meramente un Cuadro colgado en el fondo de mi alma, que yo a cada momento miraba para alabar, con creciente sorpresa, los encantos diversos de Línea y de Color. Era solamente una tela rara, puesta en un sagrario, inmóvil y muda en su brillo, sin otro influjo sobre que el de una forma muy bella que cautiva un gusto muy educado.

El telar estaba allí, y el tejido y el dibujo creciente de la tela; pero el brillante tesoro del escondite ya no estaba bajo sus pies; la perspectiva de palparlo y de contarlo no existía ya; la noche no tenía ya sus visiones de delicias para calmar los deseos ardientes de aquella pobre alma.

Nunca Liette, bastante discreta, es cierto, ni su madre, bastante prolija sin embargo, le habían hablado de un pariente de ese nombre; creía su familia extinguida. Guardando para él sus reflexiones, el conde escuchaba con creciente irritación aquel molesto elogio del que la joven miss no le dispensaba.

¡Es muy cierto! asintió Amaury. Todavía no he terminado dijo Felipe con creciente entusiasmo.

No, gritó uno con mucha fuerza; con resuelta seguridad; casi, casi con inspiracion. Nadie ha acertado, y diciendo esto, daba fuertes golpes sobre la mesa. Todos los comensales que nos pudimos enterar del juego, teniamos la cara vuelta, y esperábamos, con creciente curiosidad, ver en qué paraba el acertijo.

Huberto, para verla caminar más tiempo así, silenciosa y preocupada, a dos pasos de él, habría querido que Diana fuese más habladora, y la alameda infinitamente más larga. Era un dilettante en materia de vivir. Se felicitaba de haber presentido «una perfección» en María Teresa, y una fuerza creciente lo atraía hacia ella.