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Un simple cotejo entre estas líneas y las del Mihrab bastarán mas tarde para demostrar hasta la evidencia esta idea, que es para nosotros una verdad incontestable. Empezaron ya los mismos árabes á falsear el aspecto artístico de esta gran mezquita; mas ¿qué fueron estas ligeras innovaciones para las que hicieron algunos siglos despues, si no los conquistadores de Córdoba, sus infaustos sucesores?

No declara en verdad con palabras terminantes el historiador citado que esta iglesia derruida fuese la de los tres mártires Fausto, Januario y Marcial; pero probando abundantemente Ambrosio de Morales y los demas escritores cordobeses, Rea Rivas y Gomez Bravo, que la basílica de los tres mártires fué la antigua catedral donde residió el obispo todo el tiempo de la dominacion sarracénica, resulta evidenciado del cotejo de nuestros historiadores con el mencionado Al-Makkarí, que la iglesia que los Cristianos levantaron en sustitucion de su antigua basílica catedral, vendida á los Musulmanes, fué esa misma de los tres mártires, situada en efecto cerca de los muros de la ciudad á la parte del mediodia, y en la Axarquía ó parte baja que ocupaban los Cristianos.

Aunque, si hubiera rigoroso cotejo de las presentes existencias con las que había al tiempo de la expulsión, no dejaría de encontrarse alguna falla, a la que no podrían dar más salida los curas sino que se consumió con el uso.

Estas despertaron en su mente un vivo recuerdo; buscó apresuradamente el anónimo que encerraba la denuncia, cotejó ambas letras, y el velo se rasgó entonces por completo. ¡Era la misma!... Probado quedaba que la excelentísima señora condesa de Albornoz era una trapisondista de tomo y lomo, y el excelentísimo señor gobernador de Madrid un majadero de siete suelas.

Seis proposiciones sobre esta materia. CAPÍTULO XXII. El principio de la evidencia. Fórmula llamada de los cartesianos. Su transformacion. Su cotejo con la de Kant. El principio de la evidencia no es evidente. Anomalía. Su explicacion. CAPÍTULO XXIII. Criterio de la conciencia. Objeto de este criterio. Conciencia directa y conciencia refleja. Sus caractéres y diferencias.

El viagero se siente transportado, su imaginacion se exalta; pero, si despertando de su arrobamiento desciende dentro de mismo, y osa medirse en cotejo con una creacion tan imponente, cuán nulo y exiguo se encuentra! ¡Y cuánto entónces, por la conciencia de su pequeñez y de su debilidad en presencia de tamañas grandezas, viene á desmayar su orgullo!

Puso en cotejo la incredulidad con que se oyeron los vaticinios de Colon sobre la existencia de un nuevo mundo; los muchos é importantes descubrimientos debidos á las solas indicaciones de los indios, y buscó en la historia de los naufrágios célebres una explicacion fácil al orígen de estas poblaciones ocultas.

El squire había estado acostumbrado toda su vida, a recibir el homenaje de todas las gentes de la parroquia y a pensar que su familia, sus copas de plata y todo lo que le pertenecía era lo más antiguo y lo mejor; y como no frecuentaba nunca a la burguesía de esfera más elevada que la suya, su opinión no admitía cotejo.