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Con esto comenzaron á desestimar las personas, y viniendo con las continuas representaciones á hacer los oídos á esto, vinieron, después, á hacer de veras lo que al principio representaban de burlas y así se casaron, públicamente, religiosos con religiosas, con gravísimo escándalo, y se vino á desestimar la religión y entrarse con esto otras herejías, que era lo que el demonio pretendía

A las 8 en punto y á toque de corneta sentáronse todos los comensales alrededor de las distintas mesas, y comenzaron á servirse los ricos manjares al par que las bandas de música del Cuartel General y Municipal, ejecutaban brillantemente las siguientes escogidas piezas: 1. Marcha Militar "General Monteagudo," Marín Varona. Banda del Cuartel General. Marcha "Paz Universal", Lampe. Banda Municipal.

6 Matad viejos, mozos y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno; mas a todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis; y habéis de comenzar desde mi Santuario. Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante del Templo. 7 Y les dijo: Contaminad la casa, y llenad los atrios de muertos; salid. Y salieron, e hirieron en la ciudad.

«Et luego con gran traballo comenzaron a fer los muros de la villa, no solament con agua et con tierra et con piedra, mas aun con sangre, por que los unos lanzaban los muros et los otros defendienlos et combatiense con los moros.

Para la Comadreja el desenlace de la romería fue delicioso: comenzaron a llover gotas anchas cuando ya se aproximaba la noche, y vino el capitán mercante a ofrecerle el brazo y un paraguas.

Por otra puerta opuesta a la de la sacristía entraron cuatro monjas, se arrodillaron delante del altar mayor y comenzaron a orar en voz alta de un modo extraño, que yo jamás había oído antes.

Apóyate contra la puerta, quizá consigas romper la cerradura. El señor Hellinger era un coloso. Apoyó uno de sus robustos hombros en la tabla cuyas junturas, al primer esfuerzo, comenzaron a crujir. Despacio le dijo su mujer. Los sirvientes están en el vestíbulo. ¡Idos a hacer algo en la cocina, montón de perezosos! gritó en la escalera su voz regañona. Abajo se oyeron golpes de puertas.

Sobre los dueños de la casa y sobre sus tertulios, Pinedo y Clementina comenzaron una conversación animada, inagotable. Pilar escuchó con atención al principio; pero como no conocía a la mayor parte de aquellos personajes concluyó por distraerse paseando su vista por las inmediaciones, fijándola en los pocos transeuntes que a aquella hora acertaban a pasar por allí.

Hacia 1732 el rosario del Sagrario empezó á competir en lucimiento con las demás, y en 1735 comenzaron á salir de Santa Cruz los formados por mujeres, según las noticias de Enrique Andrade, teniendo también aquel año principio, para que nada faltase, uno de niños, al cual dió gran impulso un fraile llamado Diego Tomás de los Ríos.

No hay que perder tiempo gritó Martín, dando una patada en el suelo . Ella sola o con usted. ¡Hala! En seguida. La señorita dejó el fusil a Martín y, en unión de su madre, comenzó a marchar por la carretera. El extranjero y Martín esperaron, luego fueron retrocediendo sin disparar, hasta que, al llegar a una vuelta del camino, comenzaron a correr con toda la fuerza de sus piernas.