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Prim murió, sin embargo, el día 30, llevándose a la tumba la clave del misterio, y tres meses después publicaba la Gaceta un real decreto nombrando al marqués de Sabadell ministro plenipotenciario de la corte de España en Constantinopla. «Me he convencido escribía al presidente del Consejo el nuevo embajador que mis disposiciones naturales son para la vida de Oriente, y pongo todas mis ilusiones en El Cairo, Bagdad, Ispaham o Constantinopla

También me manifestó la noche antes de irse, aquí en esta pieza, donde estábamos sentados fumando, que el secreto estaba archivado en forma de registro cifrado, pero de una naturaleza tal, que ninguno que lo descubriera podría leerlo sin poseer la clave de la cifra. ¡Entonces fue aquí, en estas cartas, donde le dejó estampado el secreto! grité, interrumpiéndolo. Justamente.

Por fortuna, descubrí un tercer papel, doblado en forma de esquela, conteniendo algunas palabras en inglés, escritas con letra corrida de Hop-Sing. Decían: «Espera que honrará usted con su asistencia el número... de la calle de Sacramento, el viernes próximo a las ocho de la noche. Hop-Sing.» «Una taza de te a las nueve en puntoEso me dio la clave de todo.

Sin embargo, la habían permitido, y aun aconsejado que contestase, por tratarse de un joven del pueblo, con cuya familia mantenían relaciones de amistad. Esta epístola le puso contentísimo de pronto. No eran las desdeñosas calabazas que esperaba. Después se puso triste, y al minuto otra vez alegre, leyéndola y releyéndola por ver si daba en la clave. ¿Eran o no eran calabazas?

Burton Blair me lo ha regalado, y por consiguiente es mío declaré. Yo no disputo eso contestó el monje. Pero como guardián del secreto del cardenal, tengo derecho de saber cómo ha venido a sus manos el registro inscripto en las cartas, y cómo ha conseguido usted la clave de la cifra.

¿Y no tiene la clave? sonrió el viejo marino, de rostro endurecido por las inclemencias del mar. ¡Ninguna... salvo que la clave esté oculta dentro de esa rima! exclamé, ocurriéndoseme, por primera vez, este extraño y rápido pensamiento. Y de nuevo repetí en alta voz la copla. Mi corazón dio un salto. ¿Sería posible que arreglando las cartas en el orden siguiente pudiera leerse el registro?

La junta directiva era, pues, la clave del arco, el clou del proyecto, y el respetable Butrón terminó su perorata suplicando a los presentes se dignasen estudiarlo maduramente, presentando sus candidaturas con arreglo a este croquis que tenía él apuntado en un papelito: Una presidenta, beata de gran nombre. Una vicepresidenta elegante, de rompe y rasga.

Si recordamos de nuevo la tendencia predominante en Calderón de pensar y reflexionar, dote que nos ha dado la clave de diversas particularidades de su composición dramática, averiguaremos que esta misma propensión ha impreso otros rasgos característicos en su arte dramático.

Quise tener con Bringas la consideración de subir a notificarle personalmente que podía permanecer en la vivienda todo el tiempo que quisiera. Pero él, dándome las gracias, aseguró que no quería deber favores a la titulada Nación y que no veía las santas horas de salir de allí. Pez estaba presente, y hablamos todos de los sucesos de aquellos días y de la Junta y del Gobierno provisional que se acababa de formar. A Bringas le sacaba de quicio que Pez no estuviera tan indignado como debía esperarse de sus antecedentes. Pero este, con reposado lenguaje y juicioso sentido, se defendía enalteciendo la teoría de los hechos consumados, que son la clave de la Política y de la Historia. «¿Pues qué, vamos a derramar torrentes de sangre? decía . ¿Qué ha pasado? Lo que yo venía diciendo, lo que yo venía profetizando, lo que yo venía anunciando. Hay que doblar la cabeza ante los hechos, y esperar, esperar a ver qué dan de estos señores». Además, el gran Pez creía que la Unión liberal en la revolución era una garantía de que esta no iría por caminos peligrosos.

En este poema todos los seres animados o inanimados del universo expresan su opinión acerca del misterio de la existencia; y de la suma de estas ideas se propone el autor que resulte la clave de todo. Las diversas opiniones se expresan en el poema del mosquito filósofo por medio de voces que van sucesivamente gritando por las páginas del libro.