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21. Después que fué rendido el fuerte, los turcos fueron á combatir las galeras en que yo estaba, é como del fuerte no me ayudasen, la gente dellas desmayó de manera que, echándose casi todos á la mar, no queriendo pelear, fuí preso sin poder hacer mucha resistencia. Habrá V. M. entendido sumariamente por esta relación las cosas de la jornada de Trípol que tocan á mi particular, de los cuales he querido informar á V. M. por las causas que al principio della digo; é para que entienda que en ello no hice cosa por la cual merezca reprensión, antes por el haber quedado en aquel fuerte sin tocarme, con sólo celo de servir á V. M. é por entretener todo el verano aquella armada que tanto daño pudiera haber hecho, como lo hizo, me paresce que todos los servicios que hice al Emperador nuestro señor y he hecho á V. M. no merescen la recompensa que sólo éste.

Advirtiéndoles tambien que tengan particular cuidado de averiguar, si los indios intermedios son muchos ó no, para que V.S. en esa inteligencia, pueda determinar la fuerza que parezca suficiente: y en fin, que el comisionado empeñe su celo y capacidad, en que los emisarios ó exploradores, bien instruidos de sus prevenciones, adelanten cuanto sea posible en esta importancia.

Sería yo feliz si V.E. aprobase el celo con que deseo desempeñar el concepto con que V.E. me honra, cuando me dispensa las ocasiones de emplearme en el real servicio, y de haberlo hecho con acierto. Dios guarde á V.E. muchos años. Buenos Aires, 12 de Agosto de 1786.

Seduccion que la cultura mahometana ejerce en la grey cristiana sometida, y fortaleza de los que perseveran en la de Cristo: 117. Sensualismo asiático: razon de Estado á falta de celo religioso: persecucion y martirios: 132. Vicios en la constitucion de la familia musulmana: condicion de la mujer: la poligamia, el divorcio, etc. Lucha de la verdad con el error: 134.

Depuesto Hescham, fue elegido califa su wazir Gehwar-ben-Mohammad, hombre de talento, de severas costumbres, de tanta resolucion como prudencia, de mucho menos celo por su gloria que por la causa de su patria. Gehwar-ben-Mohammad conocia perfectamente la situacion de Córdoba: sabia que su papel de reina habia concluido, y que podia aspirar cuando mas á salvarse del furor de la anarquía.

De cuantas crueldades y tiranías y de cuantas muestras de grosero, torcido y falso celo religioso hizo y dió entonces un partido fanático por el afán de extinguir en España la civilización moderna y de retroceder á una edad de ignorancia y barbarie, que jamás existió y fué completamente soñada, más culpa que dicho partido fanático y servil tuvieron la Santa Alianza, los franceses que ejecutaron sus órdenes y casi toda Europa, abrumando con su peso al pueblo español y desatando las manos de Fernando VII para que, en premio de haber peleado por su trono, cargase á este pueblo de cadenas.

Había trabajado mientras tanto con el mayor celo en su imitación de Firdusi, ya casi concluída, puesto que, á pesar de su vida extraordinariamente activa, había logrado emplear algunas horas diarias en sus estudios favoritos. Había escrito al mismo tiempo innumerables composiciones poéticas; pero temía publicarlas, contentándose con escribirlas.

Testimonio manifiesto, no solo del entrañado celo, que se aviva en los corazones mallorquines para con la fe católica, sinó también de aquel género de aversión natural que tiene a esta gente.

En cierta ocasión ocurrió al Gobierno suspender el periódico una veintena de días, y faltó poco para que el señor Joaquín renunciase, de puro desesperado, al café. Porque siendo el señor Joaquín español, ocioso me parece advertir que tenía sus opiniones políticas como el más pintado, y que el celo del bien público le comía, ni más ni menos que nos devora a todos.

Este, pues, sacado del monte donde vivía como bruto por el infatigable celo del P. Lucas Caballero, apenas había puesto el pie en la reducción de San Joseph, cuando cayó enfermo; é imaginando que aquellos dolores eran otros lamentos y súplicas de su alma, hambrienta de los placeres y deleites pasados, se condenó á mismo de demasiado ligero, y poco á poco se volvió á sus pensamientos antiguos, y en sus deseos se volvió infiel en su corazón, ó por mejor decir, bestia.