United States or Timor-Leste ? Vote for the TOP Country of the Week !


¿Fué el que hallaron estrangulado en un maizal? interrogó el conde. No, señor; ese fué Antuña, el pagador de la carretera. Esa muerte ha sido mucho antes... á principios del otoño. De todos modos, ha sido un asesinato horrible.

El Lucero botaba, corría como si en vez de dos cuerpos robustos llevase sobre el lomo un hacecillo de paja. Y resoplando furiosamente parecía decirles: «No tengáis cuidado, queridos, que por no quedaráNadie parecía por la desierta carretera. Los árboles, las granjas, las ventas quedaban atrás, como si no valiesen nada, como si no significasen nada para aquel potro valeroso.

Añádase a esto que Villavieja nunca ha podido agenciarse un valedor en Madrid ni en la capital de la provincia; que la carretera nacional pasa a media legua de distancia de la villa, sea porque los ingenieros no tuvieron noticia de nosotros cuando la trazaron, o porque nos concedieron escasísima importancia; que la provincia no ha querido construir ese pequeño ramal de empalme, y que este municipio no ha logrado mejorar debidamente la áspera senda que hace sus veces, porque siempre que lo ha intentado, no con gran empeño, ha nacido la sospecha en los de la Campada o en los de la Costanilla, de que el intento era cosa de los de la Costanilla o de los de la Campada, y se le ha llevado el demonio con las artes de costumbres; añádanse, repito, y ténganse presentes estos hechos y algunos más de su misma traza, que no necesito mencionar, y hasta resultará una justificación de la conducta de los villavejanos.

Por encima de la carretera que costea oblicuamente la ladera hasta llegar a los dos tercios de la cumbre se veía entonces una casa, rodeada de algunas fanegas de tierra de labor, la alquería de Pelsly, el anabaptista: era un edificio bajo, de tejado plano a propósito para poder resistir los fuertes vientos que en tal sitio combatían; detrás de la casa, hacia la cúspide de la sierra, se extendían los establos y las corralizas de cerdos.

Jerónimo no puede resistir.» Y no dijo más. ¿Qué hacer en aquella situación?... ¿Podía abandonar una posición que nos había costado tanta sangre, el camino del Donon y la carretera de París? Si llego a hacerlo, ¿no hubiera sido un miserable? Pero yo no tenía mas que trescientos hombres contra los cuatro mil de Grand-Fontaine y no cuántos que bajaban de la montaña.

Se quedó en ello. ¡Quién hubiera dicho a doña Anuncia que aquel novio soñado, que ya empezaba a tardar, pasaba todos los días cerca de ellas, en el Espolón, el Paseo de invierno, o en la carretera de Madrid, orlada de altos álamos que se juntaban a lo lejos!

Todos marchaban perezosamente, con la boca entreabierta, gozando, sin darse cuenta, del cambio favorable que la noche había experimentado. De pronto, al salvar una de las numerosas revueltas de la carretera, en el sitio más fragoso de la divisoria, oyose el disparo de un fusil. Un soldado vino a tierra. Casi al mismo tiempo el grito formidable de ¡Viva Carlos Séptimo! fue lanzado al espacio.

Hablaba de hacerse bandolero, con el entusiasmo que desde la niñez sienten los jinetes rústicos por los aventureros de carretera. Para él, todo hombre ofendido sólo podía buscar su venganza haciéndose ladrón. Me matarán continuaba pero antes de que me maten, diga usted, padrino, que habré acabao con medio Jerez.

En efecto, no se veía ya en el camino ninguna de las señales de agitación de que había hablado Juana, y era probable que Godfrey, en vez de seguir por la carretera, volviera más bien cortando los campos.

La carretera de Valencia, los trozos de las de Alcañiz y Cuenca, bastante bien construidos suplen la falta de paseos.