United States or Saint Helena, Ascension, and Tristan da Cunha ? Vote for the TOP Country of the Week !


Nadie sabe que he venido. Peor sería ir al teatro no habiendo aquí nadie de tu familia. Ni siquiera el bobalicón de tu tío. ¡Pobrecillo! Bueno le dejé... El teatro le ha vuelto el juicio, o, mejor dicho, aquella corista... Mariquilla. Está loco. Pero el loco de atar eres . ¿Cómo te las has compuesto para que te den ese cuarto? El cómo, no lo ; el para qué, figúratelo.

Dice que , allá en su país, y que ahora es cura de ellos, y está casado.... ¡Casado!!! Bueno, está... con una viuda. Ya tienen... y la muchacha remedó burlescamente el llanto de un recién nacido. ¿Y el otro bazuncho? Es el que... y frotó el índice con el pulgar, ademán expresivo que significa en todas partes soltar dinero.

Claro está que la experiencia del mundo sólo se adquiere andando en el mundo. Pero bueno es llegar a él con todas las cautelas que sugiere la razón formada; porque el mundo, al decir de un santo que tengo en gran devoción, «es un pomposo bajel sobre procelosos mares». Al día siguiente de ponerlas de largo ya se quiere lucirlas en sociedad.

Procuraba el bueno de Frasquito tranquilizarla, pero inútilmente. Y el desteñido viejo tenía que callarse cuando su paisana le decía: «¡Pero si nunca ha pasado esto; nunca, querido Ponte! Ni una sola vez ha faltado de casa en tantísimos años».

¿Qué es esto? dijeron ellas. ¿Qué medallas son éstas tan bonitas? Será bueno venderlas en la ciudad, padre, si es posible, dijo la niña. El viejo se fue a la ciudad llevando su oro. Quería venderlo, 30 pero le dijeron que eran monedas de oro y que con ellas podía comprar muchas cosas.

Bueno es que tanto los pueblos como los gobiernos se ajusten á ella. Y por eso nosotros repetimos y repetiremos siempre, mientras sea tiempo, que vale más adelantarse á los deseos de un pueblo, que ceder: lo primero capta simpatías y amor; lo segundo, desprecio é ira.

Registrando un estante arrumbado me encontré varios documentos, cartas del abuelito y una copia de su testamento. En ellos leí la historia de mi tío, y pude estimar el alma nobilísima del testador, generosa y desinteresada como pocas. ¡Y vaya si el anciano militar era bueno! ¡Y vaya si era inteligente! ¡Qué cartas tan bien escritas!

Debes tener paciencia y esperar. ¡Oh, , ya ! gritó. Dime que soy bueno y fiel como un perro y todas esas cosas; pero debes saber que para no es esa clase de juego... ¿me entiendes? No tengo dinero, y debo... mejor dicho, preciso alguno ahora... en el acto... esta misma noche. Te digo que no tengo nada declaró. Pero tienes una buena cantidad de joyas, vajilla de plata y otras chucherías.

La cruel incertidumbre del viejo encontró interminables los momentos que tardó el oficial en volver á su lado. Su Excelencia es muy bueno dijo . Podía fusilarle, pero le perdona. ¡Y aún dicen ustedes que somos unos salvajes!... Con la inconsciencia de su menosprecio, explicó que lo había traído hasta allí convencido de que le fusilarían.

-Pues, en verdad -dijo el cura- que no le ha de valer al hijo la bondad del padre. Tomad, señora ama: abrid esa ventana y echadle al corral, y principio al montón de la hoguera que se ha de hacer. Hízolo así el ama con mucho contento, y el bueno de Esplandián fue volando al corral, esperando con toda paciencia el fuego que le amenazaba. -Adelante -dijo el cura.