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Pero muy en breve volvieron de nuevo, y con mayor empeño, á las hostilidades, prevenidos de útiles para derribar las paredes del recinto, y buscarse una entrada menos dificil y peligrosa: como en efecto lo consiguieron, penetrando hasta las espaldas del Tambo de Santa Rosa, donde prendieron fuego á las viviendas de aquel lado, de que ya se consideraban posesionados.

Así, donde quiera resalta en España el vivo contraste de un inmenso adelanto artístico, ya pretérito, y un lamentable atraso presente, en la agricultura, las fábricas, el comercio, las ciencias, las artes mas comunes, las comunicaciones, el gusto, las costumbres, etc. ¿Cambiará en breve esa situacion?

Los Escritores modernos de Lógica de ordinario prescriben muchas reglas para usar de estos métodos con acierto; mas para evitar la prolixidad basta saber, que todo método debe ser breve, seguro, y cumplido.

Mientras abría el ventanillo opuesto preparando una sonrisa como saludo á la nueva penitenta, Pepita fué á arrodillarse al lado de su madre. Comulgaron tras una breve espera, después de rezar su penitencia y salieron del templo, saludando con inclinaciones de cabeza á las amigas que aún estaban arrodilladas ante los confesonarios.

Los tres médicos, el duque y Cristina contemplaron la cara del Rey. El médico pulsaba, y luego dejaba de pulsar, como un piloto que abandona el timón cuando no hay esperanzas de evitar el naufragio. Cinco minutos duró aquel estado, en que cinco personas miraban un semblante. Pasados los cinco minutos Fernando VII no existía. Fue una muerte breve, sin aparato, sin agonías tormentosas.

La obra se titula Breve compendio y elogio de la vida de el Rey Phelipe segundo de España, por Antonio Pérez, y de ella existen varias copias manuscritas, habiéndolas en la Biblioteca Nacional de París y en el Museo Británico de Londres.

En breve los curiosos ocuparon les asientos; cerráronse las puertas y unos cien espectadores aguardábamos el gran concierto.

Fiel como un perro y callado como un cenotafio, D. José fortalecía de tal modo su discreción, que en esta no hallaba el más breve resquicio la curiosidad de su hija. ¡José, eres una alhaja!

Allah ua aqbar, Allah ua aqbar, Allah ua aqbar.» Y despues de breve pausa añade en tono de oracion, sin que repita sus palabras la comitiva: «Señor Allah! perdona á nuestros vivos y á nuestros muertos, á los presentes y á los ausentes, á los grandes y á los pequeños, hombres y mugeres, que sabes nuestros fines: y pues tenemos esperanza en tu piedad, perdona nuestros yerros y pecados.

La satisfacción de una nueva conquista, la inquietud de algo desconocido que iba a revelarse en breve, el orgullo de desobedecer a todos imponiendo su capricho, enardecían la briosa juventud de Nélida, dando nueva frescura a su animalidad triunfante y majestuosa. Paseó Ojeda por la cubierta para entretenerse hasta la hora de la cita. ¿En qué día estaba?... Miércoles nada más.