United States or Ethiopia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Le he contado nuestro pique con la Bonnetable y mi desencanto a propósito de las solteronas desde que las estudio al natural.

¿Están mucho peor educadas que las de otro tiempo? preguntó Francisca en tono de exquisita urbanidad. ¡Oh! Francisca... murmuró la de Dumais pálida de espanto. Ciertamente respondió la Bonnetable aniquilándola con la mirada. En mis tiempos las jóvenes no preguntaban jamás a las personas mayores y esperaban modestamente que se les dirigiese la palabra.

Creo que habría que nombrarlas todas para no cometer error. ¿Qué solterona no ha contribuido al bien de la familia o de la sociedad?... La señorita Bonnetable aseguró Francisca. Silencio, Francisca, exclamó la abuela. El carácter de la señorita Bonnetable no le impide ser muy buena en el fondo.

, señorita respondió la Bonnetable lanzando a la pobre Francisca unos ojos furibundos, 2.000 pesos de dote son la miseria... Por otra parte siguió diciendo la dulce solterona, haría falta una fortuna para corregir los desastres de la educación moderna. Las jóvenes actuales están muy mal educadas terminó con una intención que no se ocultó a nadie.

La Bonnetable, no habiendo podido digerir la «incalificable agresión» de que fue objeto de parte de Francisca y de la mía, se había excusado.

Esa independencia de carácter continuó la Fontane, no sólo es un motivo de celibato del lado femenino, sino que asusta también a no pocos jóvenes. ¿Qué vamos a hacer piensan de una mujer autoritaria y déspota?... Ahogarla exclamó Francisca pensando en la Bonnetable y en el deseo ya formulado. Es un remedio un poquito radical opinó la Sarcicourt, que no está por las medidas violentas.

La de Dumais parecía literalmente sobre ascuas, la abuela fruncía la nariz y la de Aimont contenía una enorme gana de reír, mientras que la de Sarcicourt y Paulina echaban a su alrededor miradas de ciervas moribundas. Hacer frente a la intrépida señorita Bonnetable... Qué audacia...

Y sin la señorita Bonnetable, que respiraba con ruido como para tragar una píldora enorme, se hubiera creído que no había pasado nada extraordinario. Al fin la situación se mejoró por completo en cuanto la inefable señorita Bonnetable se dignó levantarse para despedirse.

Y me marché con el corazón en fiesta y el alma en ebullición. 5 de marzo. No se habla en el pueblo más que del chasco de la de Brenay con el Barón de Erinois. La Bonnetable hace el oficio de tambor municipal y va de casa en casa a llevar la noticia. El brillante capitán se vuelve a casar, pero no con Petra.

Si esa muchacha se hubiera puesto mala en la noche, decía la Bonnetable en tono trágico, no hubiera tenido azúcar para hacerse una infusión... Era lamentable, en efecto. En resumen, después de diversas peripecias en las que el vino se mezclaba con el azúcar y el pan, la doncella se había despedido. Debió hacerlo antes...