United States or Aruba ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los marineros recorrían los sollados, los obscuros pasadizos, las bodegas, hasta los más apartados rincones, en busca de viajeros ocultos empujando a los fugitivos que pretendían evitarse esta operación.

Allí estaban los libros de siglos pasados. «¡Dios mío, pensaba sin querer Bonis, bien antiguos son estos líos del papel sellado y las triquiñuelas de los escribanos!». Sin saber por qué, se acordó de haber oído describir las bodegas de Jerez y las soleras de fecha remota, que ostentaban en la panza su antigüedad sagrada. «¡Qué diferencia, pensó, entre aquello y esto!».

Y salió del escritorio para internarse en las bodegas, que formaban casi un pueblo, con su agitada población de arrumbadores, mozos de carga y toneleros, trabajando en las explanadas, al aire libre o en las galerías cubiertas, entre las filas de barricas. Las bodegas de Dupont ocupaban todo un barrio de Jerez.

Pues bien, el alcázar, que así nos figuramos tiene vastísimos subterráneos, o sótanos por donde los sabios experimentales van andando y escrudiñándolo todo. Allí están las caballerizas, las pocilgas y los tinados, no pocos almacenes para trastos viejos, habitaciones capaces para la servidumbre, cocinas, fregaderos, bodegas, despensas y otras oficinas por el estilo.

El joven asintió. Todo aquello lo había leído muchas veces en la introducción del gran catálogo de la casa; un cuaderno con vistas de las bodegas de Dupont, y sus numerosas dependencias, acompañadas de la historia de la casa y de elogios a sus elaboraciones; la obra maestra de don Ramón, que el amo regalaba a los clientes y visitantes con una encuadernación blanca y azul, los colores de las Purísimas pintadas por Murillo.

Los dos Dupont acompañaban a unos recién casados venidos de Madrid, enseñándoles las bodegas.

Esas casas espléndidas son las residencias de los príncipes de las pipas y los fardos, que constituyen la aristocracia comercial de Burdeos. Cada uno de esos edificios, que en su parte superior es el hogar del comerciante, contiene en sus bodegas subterráneas ó accesorias un depósito enorme de pipas de vinos y licores, cuyo número suele llegar hasta 1,000.

Eso sólo se cría en esta tierra: es un regalo de Dios...; y, con tanta riqueza, fabricamos cognac o vinos de imitación porque el Jerez, el verdadero Jerez ya no está de moda, según dicen esos señores del extranjero! Aquí se acaban las bodegas.

Son las bodegas de los vinos manchegos, cavadas en la tierra al aire libre y cielo abierto, que corresponden por su estado primitivo á la vida estacionaria de las poblaciones de la Mancha. Todo se encuentra allí tal como lo halló Don Quijote en sus caballerescas peregrinaciones.

Pero era el caso que para ir, en esos tiempos, a Ica se gastaba muchos días y se corrían mil peligros; y como las bodegas no podían quedar cerradas o a merced de un dependiente, resolvióse a venderlas, comisión que encargó a un español llamado Vilches, que era su compadre y hombre para ella de toda confianza.