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No olvida cuando el arzobispo le llama a su cámara, a fin de inquirir qué hay de verdad en todo lo ocurrido, y él, después de arrodillarse, lo cuenta sin poner ni quitar una sílaba, encontrando en la sincera confesión inexplicable alivio, y besando, con el corazón desahogado ya, la amatista que brilla sobre el anular del prelado.

Estos, á quienes había llegado antes la fama de su venida, le festejaron con demostraciones de extraordinaria alegría; cercáronle todos en rueda, y los varones todos, uno por uno, le fueron besando la mano; querían hacer lo mismo las mujeres; mas el santo varón que se deshacía todo en lágrimas de consuelo, les dió á besar la imagen de la Virgen santísima, que traía en la mano.

Mario logró desasirse, y besando con efusión las manos de su esposa, exclamó sonriendo, mientras bañaban su rostro las lágrimas: ¡Qué niños somos! Parece que me estoy despidiendo para el fin del mundo. Y salió de la estancia precipitadamente. Carlota le siguió, y en lo alto de la escalera volvieron a abrazarse. Cuando hubo salido a la calle y traspuesto la esquina, se detuvo.

Y la arrastró, embargado por el entusiasmo, hacia el diván, la obligó a sentarse de nuevo y se dejó caer de rodillas besando con fervor sus manos enguantadas. ¡Jesús, qué locura! exclamó la dama un tanto confusa . ¡Vaya una cosa para hacer tales extremos!

Hasta la edad moderna, los fieles penetraban compungidos y contritos en la casa de Dios para suplicarle de rodillas, confesando sus culpas, besando el suelo y golpeándose el pecho.

Al recordarme de aquel beso y de aquellas palabras de despedida, me comparaba yo con el traidor Judas, que vendía besando, y con el sanguinario y alevoso asesino Joab, cuando al besar a Amasá, le hundió el hierro agudo en las entrañas. Había incurrido en dos traiciones y en dos falsías. Había faltado a Dios y a ella. Soy un ser abominable. 11 de Junio. Aún es tiempo de remediarlo todo.

Aunque la madre amaba á su hija con la intensidad de un afecto único, había tratado de conformarse con la idea de que no podía esperar en cambio sino muy poco: un cariño pasajero, vago, con arranques de pasión, petulante en sus mejores horas, que nos hiela con más frecuencia que nos acaricia, que se muestra besando las mejillas con dudosa ternura, ó jugando con el pelo, ó de otro modo semejante, para desvanecerse el instante inmediato y continuar con sus juegos de costumbre.

Y Flavia, besando mi mano, murmuró: ¡Así sea! ¡Oh, Dios mío, te ruego que así sea! Volvimos a la sala de baile. Obligado a recibir los saludos de despedida, me vi separado de ella. Cuantos me habían saludado se dirigían en seguida a la Princesa. Sarto iba de grupo en grupo, dejando tras miradas de inteligencia, sonrisas y cuchicheos.

E inflamadas por el agradecimiento las mujeres lloraban, abalanzándose a las andas del santo, besando en ellas lo primero que encontraban, los barrotes de los portadores o los adornos de la peana; y toda la fábrica de madera y bronce sacudíase como una barquilla entre el oleaje de cabezas vociferantes, de brazos extendidos y trémulos por el entusiasmo.

Apeáronse en el campo del Marrubial, y cuando llegó el rey, uno á uno le fueron besando la mano. Lo mismo hicieron el obispo y el cabildo eclesiástico, con el entretenimiento consiguiente á la gran muchedumbre de gente de á pié y á caballo que allí habia acudido.