United States or Tunisia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Se le puede interrogar, seguro de que responde: ¡de algún elegante caballero, y de más de uno, se sabe que ha robado a hurtadillas una flor de un sombrero, o ha besado sus cintas largamente, con un beso entrañable y religioso!

Parecieron tan bien, que no se puede encarecer, así por el buen órden y aderezos, como por ser buena gente toda y escogida. Tráelos el duque para ofrecellos á S. M.; no se sabe si ha querido dárselos pagados. Apeóse en palacio, el rey le recibió bien aunque porfió en no darle la mano, pero no se quiso levantar hasta haberla besado.

Con permiso de usted, la voy a besar otra vez. No la había besado nunca. No me atrevía, ni ella lo habría consentido, porque era la persona más honrada y honesta que usted puede imaginar». Guillermina sentía tanto asombro como lástima ante las demostraciones de aquel buen hombre que con tanta franqueza se expresaba.

Se había mostrado buen hijo: había besado las manos de su padre, había llorado mucho, después me había dado las gracias y luego se había puesto a dictar órdenes a troche y moche, porque, como ustedes comprenden, un tenientillo así, cuando de repente... En fin, basta; yo estaba allí y me había portado también lo mejor que había podido.

En seguida, después de haberla besado: Vengo a darte una noticia... bastante inesperada... La pobre baronesa, que se lisonjeaba de tener treinta años por delante... ¡Qué! exclamo Beatriz tornando violentamente el brazo de su amiga. Se murió anoche, hija mía, de un ataque de gota al corazón... Pierrepont me envía un telegrama encargándome que te lo prevenga...

Pero ese mismo beso no me gustó; a no me habría besado de otra manera. , pero ni siquiera lo ha hecho agregué para mis adentros. Después permanecieron nuevamente inmóviles y silenciosos. Mi corazón latía con tanta violencia, que tuve que apretarme el pecho con las dos manos. Al fin, Marta le dijo: ¿No quieres sentarte, Roberto?

Entre ellos se hallaba una buena señora, hija legítima de Albion, que venia de Roma y se dirigia á Inglaterra, Anglicana ortodoxa, pero llena de ese candor que distingue á casi todos los ingleses excursionistas, contaba con entusiasmo que le habia besado el pié á Pio IX y que este patriarca la habia tratado con la mayor dulzura.

Púsose tan contenta, que tarareó la canción de «Mambrú se fue a la guerra», palmoteo y tocó las castañuelas, bailó en un pie, hizo reverencias al espejo y besó en la frente al viejo rey, que venía incomodado a indagar la causa de tanto barullo. ¡Al mismo príncipe de Marruecos hubiera besado en la nariz si en ese momento entrara en su habitación a ver a su primogénito!

Esta, después de haberla besado tiernamente, la apartó de y dijo con calma aparente: Elena, no eres hija de esa mujer. Fuiste robada en la cuna. Sólo era tu verdugo, y nada te vincula a ella ni por la sangre ni por el afecto. Dios te ha dado otra madre. La joven miró muda y trémula. ¿Otra madre?... ¡Oh!... ¡Y vive aún! murmuró con voz imperceptible. ¡Vive! ¡Vive! domina tu emoción...

Después pidió a Luz que le besara a él; y Luz, buscando lo más despejado de barbas en la mejilla más cercana a su boca, besó allí una, dos y hasta tres veces, y hasta mil hubiera besado sin satisfacer todavía el deseo del cortesano Guzmán, que más que de ello tenía entonces, por su cara dulzona y zarandeando la niña en el aire, de padrazo ramplón del vulgo pedestre.