United States or Wallis and Futuna ? Vote for the TOP Country of the Week !


En efecto, grupos de curiosos estacionaban delante de las ventanas, mientras que la algazara y la risa en los establecimientos contiguos habían cesado por completo, como si prestasen atencion á lo que pasaba en el banquete. El silencio tenía algo de estraordinario. Tadeo, ¡pronuncia tu discurso! le dijo en voz baja Makaraig.

Antoñita se preocupaba de él casi exclusivamente, y le trataba con más intimidad que a los otros, al paso que colocaba en segundo lugar a Felipe; y por lo que toca a Amaury casi no podría decirse que fuese el tercero en la serie de las preferencias de Antoñita, por lo que el grave tutor juzgó que era impertinente semejante conducta, y a la quinta noche, aprovechando un momento de general distracción, acercose a Antoñita, y en voz baja y con amargo acento le dijo: ¿Sabe usted, Antonia, que manifiesta honrar con muy poca confianza a un amigo y a un hermano, ya que tal me considero?

Sagrario, que abandonaba su máquina para pasar gran parte del día en casa del zapatero, así lo decía en voz baja a su tío. Ella hacía las faenas de la casa, mientras la pobre madre, inmóvil en una silla, con el pequeñuelo en el regazo, lo contemplaba con ojos llorosos.

Paco narraba el lance con naturalidad, paseando de un cabo de la sala, la cabeza baja y las manos metidas en los bolsillos del pantalón. Las jóvenes tertulianas se creyeron en el caso de ruborizarse. Todos reían menos Granate, que aún tenía en el corazón la broma del día pasado.

En cambio, el Chiquito deteníase algunas veces, lanzaba en torno una mirada satisfecha, se escupía en las manos, y agarrando de nuevo el perforador continuaba el trabajo. Su burdo contendiente aún no se había detenido una sola vez: golpeaba la piedra, con la cabeza baja, mostrando la pasividad resignada del buey que abre un surco sin fin.

La reconoció por su estatura, por sus cabellos; de otro modo en nada se parecía aquella arrogante dama á la aldeana de Canzana. Pero la vió volver la cabeza á uno y otro lado hasta que le divisó, y su corazón experimentó un consuelo indecible. Su tía era más baja. Detrás de ellas marchaba un criado que se retiró en cuanto llamaron á la puerta y les abrieron. Una hora de espera.

De vez en cuando se comunicaban en voz baja las profundas reflexiones que el culto les sugería.

El ejemplo mismo de su querido maestro no le había servido; porque si él, a pesar de su labor de obrero, había permanecido caballeresco, es porque se llamaba Aubry de Chanzelles, y de nacimiento poseía esa ciencia de la delicadeza que no se adquiere jamás. Afligido, Juan se sentó al borde de un sendero que baja casi cortado verticalmente hacia el mar, a lo largo de la barranca.

Los más altos personajes se sentían lisonjeados cuando oían decir que Pinedo elogiaba a su cocinero. ¿Cuándo has estado en el colegio, Pacita? le preguntó en voz baja Esperanza a la menor de la marquesa de Alcudia. Pues el viernes; ¿no sabes que mamá nos lleva todos los viernes a confesar? ¿Y ? Yo hace lo menos tres semanas que no he estado. Mamá y yo nos confesamos cada mes.

Esos días no salían las mujeres a la calle, y los hombres iban a su quehacer con la cabeza baja, como les diera vergüenza ver el sol.