United States or South Sudan ? Vote for the TOP Country of the Week !


En la vida ordinaria era una buena persona, que hablaba con voz tímida, ceceando lo mismo que un niño, y si su interlocutor le miraba fijamente, apartaba los ojos como avergonzado. Los efectos de su bondad y su sencillez se extendían hasta Europa.

Se mataban entre ellos, siempre por asuntos de amor, pero el forastero era respetado, con el mismo escrúpulo tradicional que muestra el árabe por el hombre que pide hospitalidad bajo su tienda. El Cantó parecía avergonzado de que el señor mallorquín le hubiese sorprendido junto a su casa, en un terreno que era suyo. Balbuceaba excusas.

De nuevo pasó por Fernando el recuerdo del doctor Aresti, de una de sus paradojas atrevidas que le valían la fama de loco. «Este es un país sin corazón, donde nunca se ha visto que una muchacha se escape con el novioSanabre quedó largo rato cohibido y como avergonzado por el brusco movimiento de la joven.

Y ¿a qué negarlo, si era la pura verdad y yo, hasta entonces, no me había avergonzado de ella? En éstas y otras, como ya anochecía y andábamos casi a tientas entre los papelotes del despacho, volvimos al salón, precisamente al mismo tiempo que entraba en él el señor de la casa, con un quinqué encendido en la mano.

Se sentaron en un banco y Tragomer cogió en sus brazos al pobre mártir y le estrechó contra su corazón riendo y llorando á la vez. Jacobo, sin embargo, trataba de desasirse, como avergonzado. ¿No te causo horror? dijo con amargura. Mira mi traje y este número, que es ya mi único nombre, ¡Estás abrazando á un presidiario, Tragomer! ¡Bien sabes, sin embargo, que soy un asesino! ¡No!

Con las hembras no se podía cumplir ninguna orden... Tòni, por su parte, parecía avergonzado ante esta mujer que le miraba hostilmente. Los dos desaparecieron. Ferragut no pudo darse cuenta de cómo fué la fuga, pero se alegró de ella. Temía que la recién llegada aludiese en su presencia á las cosas del pasado. Quedó largo rato contemplándola.

Se incorporó en el lecho, y con lentitud embarazosa principió a desabotonarse la camisa. Al fin descubrió su enorme pecho musculoso. ¡Buen cuadro para antes de comer! exclamó avergonzado, repitiendo la idea expresada por su esposa. Cecilia no contestó. Se puso a examinar la llaga, cubierta a medias por la piel que Ventura no había acabado de cortar.

La zurra continuó en la forma siguiente: yo caminando a la cocina, lloroso y avergonzado, después de arriada la bandera de mi dignidad, y sin pensar en defenderme contra tan superior enemigo; Doña Francisca detrás dándome caza y poniendo a prueba mi pescuezo con los repetidos golpes de su mano. En la cocina eché el ancla, lloroso, considerando cuán mal había concluido mi combate naval.

Velludo se iba á escurrir tras él, pero le detuvo el alférez. ¡Eh! ¿á dónde vais vos, señor Diego? Me voy avergonzado. No lo extraño, porque sois valiente. Yo no soy nada... lo que me ha sucedido esta noche... Si sois valiente y honrado, siento lo que os ha acontecido, amigo dijo Juan Montiño ; yo lo he hecho sin intención. Pero esto es un milagro... ¿Quién os ha enseñado á esgrimir?

Así que hubo acabado esta operación, se volvió hacia Miguel un poco avergonzado; mas como éste le dijese que estaba muy bien y que había ganado bastante con aquel cambio, se puso en seguida de un humor excelente, abrazó a su primo cordialmente, le dio un puñado de tabacos habanos, y comenzó a charlar de cosas alegres.