United States or Djibouti ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entró entonces el viejo empleado en la contaduría, don Pablo Solera, que había presenciado el registro: traía las orejas muy coloradas y un gran papel en la mano, que presentó a la condesa... Rodeáronle todos llenos de curiosidad, haciéndole mil preguntas, que el viejo se apresuró a satisfacer aturdido, en parte, al verse ante tan ilustre concurrencia.

Aturdido solamente por los golpes que habia recibido en la cabeza, volvió en poco á poco sin que nos apercibiésemos de ello, y cuando yo ménos lo pensaba, se arrojó sobre , haciéndome de un solo golpe ocho heridas con sus enormes garras, una de las cuales, de mas de tres pulgadas de largo, me atravesó el brazo de parte á parte, entre el cubitus y el radius, desgarrándome uno de los tendones.

Gallardo, desvanecida la primera embriaguez de su buena suerte, contemplaba asombrado a la dama en las horas de mayor intimidad, preguntándose si serían iguales todas las señoras del gran mundo. Sus caprichos, sus veleidades de carácter, le tenían aturdido. No se atrevía a tutearla: no, eso no.

Leto, con la frente apoyada en su mano izquierda y el codo sobre la rodilla, no respondió a Nieves una palabra. Estaba aturdido, fascinado, quizá por los recuerdos que evocaba el relato; quizá por el acento conmovedor y la expresión irresistible de los ojos de la relatora.

Esta casa es ordinariamente muy silenciosa; pero cuando hay ruido, parece que se hunde el mundo. ¡Figúrese usted qué nos importará a nosotros que cumpla no cuántos años ese señor Emperador, a quien parta un rayo! ¡Valiente jaqueca nos dio anoche!... Pase usted. Hoy le encontrará un poco aturdido a consecuencia de la mala noche». Don Evaristo se hallaba ya en lastimoso estado.

Aturdido hasta un grado indecible, pudo al cabo balbucir: Tiene usted razón... no había pensado... dispénseme usted... En cuanto cobre este mes le entregaré la parte que a usted le parezca... D.ª Carolina, perfectamente serena, sonriendo dulcemente, repuso poniéndole una mano sobre el hombro: Lo mejor será que me entregues todo el sueldo. Vosotros los jóvenes no conocéis el valor del dinero.

Alguna vez, retozando, la admiración y el deseo que rebosaban del alma habían salido a los ojos; se detenía, quedaba inerte; la contemplaba con mirada húmeda y anhelante, y estaba a punto de flaquear y rendirse a pedirle humildemente un beso de su fresca boca; mas al instante, el temor muy fundado de asustarla y perder su confianza le obligaba a seguir representando el papel de joven aturdido y bromista.

El abate no había inventado de antemano la mentira que necesitaba emplear para salir de la casa de Elías: así es que se vió aturdido por un momento; pero su astucia frailesca no le faltó. Pues parece que esos chicos están alborotados, y dicen que usted les ha engañado: que usted no tiene poderes de ... de aquella persona; que usted.... ¿Que no tengo poderes? dijo Elías.

Un poco más allá le respondían siempre. Y para hacer más llevadera su impaciencia, encontrábase de pronto en una hoz, cuyos taludes de escuetos peñascos parecían juntarse sobre la cabeza del aturdido expedicionario, y cerrarle la salida en todas direcciones.

Vivió cuatro días en Burdeos, aturdido y desorientado por la agitación de una ciudad de provincia convertida repentinamente en capital. Los hoteles estaban llenos; muchos personajes se contentaban con una habitación de doméstico. Los cafés no guardaban una silla libre; las aceras parecían repeler esta concurrencia extraordinaria.