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Pedro Francisco Lanini Sagredo, autor de muchas comedias, sobre todo históricas y religiosas. No puedo decir si este poeta es el mismo que Pedro Francisco Lanini Valencia, cuyo nombre aparece en las colecciones. Juan Coello Arias, hermano de Antonio Coello, caballero de la Orden de Santiago. Jerónimo de Villaizán, bautizado en 1604, jurisconsulto y abogado en Madrid.

La niña de Gómez Arias, más antigua, obra indudable de Luis Vélez de Guevara, puesto que dice al fin: Y aquí os presenta Luis Vélez, En esta humilde comedia, La niña de Gómez Arias Por historia verdadera,

Salí de la India para pasar á Europa, trocando las escenas salvajes por las arias y overturas de la civilización refinada; y á fe que no gané gran cosa con el cambio. La música inglesa, á juzgar por aquel concierto ruidoso, no es muy delicada ni noble.

No pudiendo tolerar Leon de Castro, catedrático de hebreo en la de Salamanca, hombre envidiosisimo, que Felipe II hubiese dado á un doctor de Alcalá el cargo de dirigir la edicion de la Biblia, comenzó á clamar contra ella, poniéndole tachas, y aun diciendo que Arias Montano habia seguido en los pasajes mas importantes la leccion errada que solian darles los judíos; i que esto era en ofensa de la religion de Cristo.

Al despertar busca Dorotea á su amante, y encuentra sólo guerreros moros que se apoderan de ella y la hacen prisionera; no largo tiempo después es libertada por soldados cristianos, y conducida á una casa de Guadix, en donde se junta de nuevo con Gómez Arias. Este se hallaba allí para robar otra doncella; pero se equivoca de noche, llevándose á Dorotea. Al romper el día conoce su error.

I de Nadie fíe su secreto, comedia anterior al año 1651, hizo decir a dos de sus interlocutores: «D. ARIAS. Aquí la doncella vive.... LÁZARO. Ni la oigas ni la veas, señor, hasta que se haga; que son como las comedias: sin saber si es buena o mala, ochocientos reales cuesta la primera vez; mas luego dan por un real ochocientas.

Hablamos mucho de Europa, del nihilismo, de Zola, de León XIII, y de la delgadez de Sarah. Por la galería abierta penetraba un aire cálido que trascendía a heliotropo. Después la dama se sentó al piano, y con su voz de contralto rompió el silencio melancólico de la ciudad tártara, cantando las picantes arias de «Madame Javart» y las melodías fatigosas del «Rey de Lahore».

Castellar dispuso se llevase a la Catedral las imágenes de la Virgen del Rosario, Santo Domingo y Santa Rosa en procesión solemne, que atravesó muchas calles ricamente adornadas y en las que había altares y arcos de mucho costo. Hízose un novenario suntuoso, costeando de su propio peculio la devota virreina doña Teresa María Arias de Saavedra los gastos de tan magníficas fiestas.

Esta instruccion, que escribió al Rey Felipe Segundo el Gerónimo español insigne doctor Benito Arias Montano, religioso profeso de la Orden de Santiago en el Real Convento de San Marcos de Leon, y uno de los mas célebres maestros que asistieron al Concilio de Trento, existe MS. en la libreria del autor de la presente historia. del modo con que se gobiernan los Padres de la Compañía.

Un tal Arias depuso en términos diametralmente opuestos, y D. José de Relimpio, llamado también, declaró en términos categóricos a favor de la que llamaba su ahijada; mas su declaración, falta de solidez, daba lugar a dudas acerca de la sinceridad del anciano. Sobre tan misterioso asunto, él no sabía gran cosa.