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Es verdad dijo con la voz opaca y convulsiva ; decid á una pobre niña abandonada de todo el mundo: fuerte, renuncia al amor, que es tu vida, porque la desgracia te ha hecho indigna del amor de un hombre honrado; ensordece, cuando puedas escuchar palabras de consuelo; ciega, cuando el sol de la felicidad nace para ti; muere, cuando empiezas á vivir; no, Dorotea, no; vivirás; porque Dios quiere que vivas; amas á ese hombre; ese hombre será para ti... ó para nadie... y cuenta con que el Santo Oficio se ponga frente á frente del bufón.

GOPA. ¡Oh Pratyapati! ¡Cuán encontrados sentimientos son los nuestros! Si le amas como madre, yo, como esposa, como mujer enamorada le amo. Este modo de amar es menos fuerte, por lo común, que el amor de madre. En el amor de madre hay mucho que nace de las entrañas y que allí se arraiga. Por eso, no ya las mujeres, sino las mismas fieras aman a sus hijuelos.

«Pero, ¿verdad, Rodolfo mío, que me amas, que me adoras, que sólo vives para ? ¿No es cierto que me apeno sin motivo y que no tengo razón para estar celosa? Y aun cuando quieras a Gabriela o a cualquiera otra, ¡qué me importa! ¡Te amo, y con eso me basta!

Pero , que me amas tanto continuó ella con dulzura, ¿por qué has querido morir? ¿por qué me has abandonado? ¡Era necesario! exclamó Carlos, con los ojos arrasados en lágrimas.

Don Mauricio es hombre del día; entiende sus conveniencias, y por ello respetaría las tuyas..., porque no habías de pretender nada que no fuera usual y admitido entre las mujeres de tu rango; y como no le amas ni puedes amarle, no hay que temer en ti los desencantos ni las terribles consecuencias que éstos traen en los matrimonios por amor.

¿Estás bien seguro de que la amas? le pregunté por fin, tanto me parecía esa condición primordial aunque dudosa para que se mostrara exigente. Oliverio me miró fijamente y como si mi pregunta le pareciese el colmo de la imbecilidad o de la locura, soltó una carcajada tan insolente que me quitó las ganas de continuar. La ausencia de Magdalena duró el tiempo convenido.

¿Con que yo lo soy para ti? añadió ¿con que has sufrido y has callado y has mentido, como yo he sufrido, mentido y callado? ¿con que por una obcecación mutua hemos estado a punto de ser los más desgraciados de la tierra? ¿Pero ese hombre? ¿ese hombre a quien amas? ¿es imposible de tu deseo?...

Hablemos un poco... Pero él no me ama a murmuré tristemente. ¡Déjame hablar, qué diablo! Si lo amas, sabrás sin pena que su matrimonio se ha roto. ¿Completamente? Completamente. La misma Luciana le ha confesado la historia y lo ha dispensado de sus juramentos. ¿Y él ha consentido? Sin resistencia, y debe estimarse muy dichoso.

Y el Obispo las iba llamando por rigorosa antigüedad, como en una peluquería, sin tener en cuenta si eran amas o criadas. «Era demasiado hacer el apóstol». Se le dejó. Pronto se vio rodeado nada más de populacho madrugador.

Ayer y anteayer entró el niño en una tienda de la Concepción Jerónima, donde venden filigranas y corales de los que usan las amas de cría... ¿Y qué? Que pasa allí largas horas de la tarde y de la noche. Lo por Pepe Vallejo, el de la cordelería de enfrente, a quien he encargado que esté con mucho ojo. ¿Tienda de filigranas y de corales?