United States or Kuwait ? Vote for the TOP Country of the Week !


»No debo ocultar esta confesión a un hombre de sentimientos tan nobles y delicados como usted... El cariño es el alimento del alma, y usted constituye el único afecto de mi infancia, el único que hoy tengo y el único que me resta en lo futuro.

No tiene sueño tranquilo; cada noche se levanta dos o tres veces para ver a Carmen y darle el alimento y la medicina. A no me gusta eso, porque no tiene obligación de velar a tu tía. Eso me toca a . Ya se lo he dicho; pero ella no dejaría, por nada de este mundo, que me levantara yo a deshora.

No teniendo ocasión de combatir, háselas dispensado de armarse de las horrorosas quijadas y sierras, esos instrumentos de muerte y de tortura que el tiburón y tantos otros animales débiles adquirieron á fuerza de consumar asesinatos. A nadie persiguen. El alimento más bien acude á su alcance, traído por el oleaje.

Saliendo del camino y tomando la dirección de aquellos canastillos de verdura, se divisa primero un roto torreón, cuyas grietas son otras tantas macetas en que la potente vegetación de los trópicos encuentra vida y alimento. Más cerca, los grupos de follaje descubren las antiguas ruinas de tres edificios. Las retorcidas ramas de los baletes ocultan los restos de una noche de luto y de lágrimas.

Y privándose de una parte de su alimento, pasaba a casa del zapatero la leche que subían para él. Pero el estómago del pequeño no podía sufrir el líquido, demasiado substancioso para su debilidad, y lo arrojaba apenas ingerido. Tía Tomasa, la jardinera, con su carácter enérgico y emprendedor, trajo una mujer de fuera de la catedral para que diese su pecho al enfermo.

A veces se dispara la cerbatana en guerrilla; entonces se escoge por blanco el farolillo de un escarolero, el fanal de un confitero, las botellas de una tienda; objetos todos en que produce el barro cocido un sonido sonoro y argentino. ¡Pim! las ansias mortales, las agonías, y los votos del gallego y del fabricante de merengues, son el alimento del calavera.

Dicen además los señores sacerdotes y los caballeros de las Conferencias que me alimento poco, que debía atender más al cuerpo... Eso no; santos famosos hubo que comían menos que un pájaro, y yo, señor, hay días en que no ayuno y gasto un real o más en mi manutención.

Al tercer día de andar en brega con estas dudas y sospechas, tomando muy poco alimento, sin dormir, llena de fiebre y medio trastornada, Isidora llegó al colmo de la crisis.

¿Para qué introducir la turbación y la alarma en aquella apacible agonía? ¿Para qué confiarle la tímida esperanza que reprobaba su razón? ¿Para qué dar alimento a las quimeras que poblaban la imaginación exagerada de la ardiente criolla, tan llena de castillos en el aire?

Creo a veces que esta enfermedad es el purgatorio de esta pobre criatura, y si tan inocente ella me parece, y le hace falta sufrir como sufre, ¿qué será de ? Todo es para ella mortificación y pesar; hasta el tomar alimento la molesta. Sólo esperamos un milagro; este consuelo siempre lo tienen los que como yo creen en Dios.