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Con esto la filosofía confiesa su debilidad, es cierto; pero ¿no manifiesta tambien su alcance, viendo que de un fenómeno á otro hay distancia inmensa, y que no puede haber entre ellos mas punto de comunicacion que el establecido por la misma mano del Todopoderoso?

Su primer cuidado fue alejar a las mujeres que la rodeaban; después me dijo: «No le hable de mi desmayo.» Y cuando él se lanzó hacia ella con el rostro pálido, Gertrudis se mostró muy alegre en apariencia y le dijo: «Me hace daño el zapato; nada más.» ¿Y entonces? Entonces se la llevó. Pero alcancé a ver que se ponía a sollozar escondiendo la cara en el hombro de su marido.

Cuando llegó el momento de matar su segundo toro, estos pensamientos le infundieron un tranquilo valor. ¡Con él no acababa ningún animal! Haría cuanto pudiese para no ponerse al alcance de sus cuernos. Al ir hacia la fiera tuvo el mismo gesto arrogante de sus grandes tardes: «¡Fuera too er mundoLa muchedumbre se agitó con un murmullo de satisfacción.

La voz de Febrer, como un susurro, acarició las orejas de la muchacha. Allí le tenía, para convencerla de que era amor, verdadero amor, lo que ella consideraba un capricho. Febrer no sabía aún ciertamente cómo había sido esto. Sentía un malestar en su soledad, un anhelo vago de cosas mejores, que tal vez estaban a su alcance, pero que él, en su ceguera, no podía reconocer, hasta que de pronto había visto claro dónde estaba la dicha... Y la dicha era ella. ¡Margalida! ¡«Flor de almendro»!

Las imágenes entraban, digámoslo así, en su cerebro violenta y atropelladamente con una especie de brusca embestida, de tal modo que él creía chocar contra los objetos. Las montañas lejanas se le figuraban hallarse al alcance de su mano, y los objetos y personas que le rodeaban los veía cual si rápidamente cayeran sobre sus ojos.

En el tribunal y audiencia de cuentas, ó sea contaduría mayor, si con el aumento de manos que ha recibido desde mi ausencia no ha puesto al corriente sus negocios, no para cuando se conseguirá esto; bien que no es la culpa de los empleados, sino de los deudores de la hacienda, dedicados á entorpecer y dilatar el pago de lo que adeudan por cuantos medios están á su alcance: asi es que hay una regular existencia de espedientes de juicios de cuentas que cuentan muchos años de actuarse, aunque por trámites desusados, desconocidos, y por lo tanto ilegales, como que se encaminan únicamente á demorar el pago de lo que deben, con perjuicio y daño del erario, como deberá saber el Gobierno por las relaciones que el contador mayor remitirá anualmente del estado de los juicios de cuentas, con espresion de lo que se debia, lo que se ha cobrado, y lo que aun se resta á deber, con relacion de las dilijencias para todo practicadas.

Cazaba, galopaba por los caminos del distrito, distribuía justicia en el patio de la casa lo mismo que su padre; sus tres pequeños, intimidados por sus largos viajes a Madrid y más familiarizados con los abuelos que con él, colocábanse cabizbajos en torno de sus rodillas, aguardando en silencio el beso paternal; todo cuanto le rodeaba estaba al alcance de su deseo, y, sin embargo, no era feliz.

Si, pues, la fecundidad de su ingenio, atendiendo á sus infinitas composiciones, superan á la idea que podemos formarnos del alcance de las fuerzas de un solo hombre, á lo que es dable esperar de la vida humana, ¡cuánto no ha de maravillarnos la riqueza de imaginación, que se descubre en todas sus obras!

Hay allí un cuadro tan complicado y vasto, tan encantador y sorprendente que el visitante no sabe por dónde comenzar ni á qué objetos dar la preferencia. Repito que no pretendo describir, porque no alcancé ni á medio-mirar la mitad siquiera de los tesoros de arte y curiosidades que en el Palacio de cristal se encuentran.

Murió poco después de su casamiento y yo no alcancé a conocerle. Cuando fui capaz de reflexión, atribuí a mi tía esta muerte prematura, pues me parecía con fuerzas suficientes para dar rápidamente en tierra, no digo ya con un pobre tío como el mío, sino con todo un regimiento de maridos.