United States or Bosnia and Herzegovina ? Vote for the TOP Country of the Week !


, ya se conoce que es usted más tierna que el requesón dijo D. Evaristo, meditando. Es que los demás me parece que no son tales hombres. Para hay dos clases de hombres; él a este lado, todos los demás al otro. No voy de aquí a esa puerta por todos ellos. Soy así, no lo puedo remediar. No me dice usted nada que yo no sepa.

Así como avanzaba el día, era más grande la afluencia de carros y cabalgaduras en la glorieta de los Cuatro Caminos. Llegaban de Fuencarral, de Alcobendas o de Colmenar, con víveres frescos para los mercados de la villa. Junto con los cántaros de la leche descargábanse en el fielato cestones de huevos cubiertos de paja, piezas de requesón, racimos de pollos y conejos caseros.

REQUESÓN. Para cada copa de leche, una cucharada de almidón, dos yemas de huevo y una corteza de limón; se acerca al fuego, y sin dejar de moverlo, se cuece hasta que esté bastante espeso; se separa y pone en molde; se mete la punta del cuchillo todo alrededor para que suelte.

Pero dejémonos de discusiones y á comer se ha dicho, que se enfrían los arenques y el pan amenaza convertirse en guijarro y la leche en requesón. Lo cual no impidió que mientras Roger comía renovasen los otros sus argucias y que á poco menudeasen argumentos y sofismas y lloviesen las citas latinas y griegas, escolásticas y evangélicas, silogismos, premisas, inferencias y deducciones.

Entró en la tienda hecho una lástima, oliendo todavía a estiércol y a requesón agrio, como si acabase de abandonar el corral de ganado.

Beatriz aspiró aquella flotante sublimidad, presintiendo algo misterioso y cercano que iba a conmover su existencia. El villanaje circulaba con pena por las calles, y la niña miraba con asco a los labriegos, que dejaban al pasar un tufo de requesón, y hacían crujir sobre las losas el dominguero calzado.

Yo estoy solo. Te daré un cuarto, una cama, un plato y una cuchara. En mi casa no hay lujo, pero no falta nada de lo necesario». Después le hacía acerca de Isidora mil preguntas enojosas y prolijas, a las que Mariano no sabía qué contestar. Si su hermana vivía contenta, si se levantaba tarde o temprano, si le gustaba la fresa y el requesón, si iba al teatro.