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Hoy es meritorio, mañana escribiente, pasado oficial; su instinto es crecer, rara vez separarse del suelo; si se alza momentáneamente, vuelve a caer. Dada una idea rápida y general del hombre-sólido y del hombre-líquido, pasemos al objeto de nuestro artículo, al hombre-gas. De las dos especies referidas está lleno el mundo; no se ve otra cosa.

En el masculino figuraban el médico de la casa, el señor de Ciudad, don Serapio, el ingeniero Suárez y otros cuatro o cinco pollastres que por lo simples e insignificantes no merecen especial mención. La tertulia no ocupaba sino uno de los ángulos del salón, si bien en ocasiones, cuando el juego lo exigía, se diseminaba por todo él, aunque momentáneamente.

Yo no creo en nada; creo tal vez menos que . que todo lo que nos rodea es falso, convencional; mentiras que aceptamos porque nos son necesarias momentáneamente. admiras, como si fuese algo divino é inconmovible, la música y la pintura.

Allá van, animosos y decididos, á dar su sangre por su , por el cristianismo, por la verdadera civilizacion del mundo, por la gloria del Criador, y á dejarse sepultar cadáveres desangrados en ese hondo rio, momentáneamente agitado y luego otra vez magestuoso y sereno.

Si sus barcos se perdían, estaban asegurados; si las huelgas cerraban momentáneamente sus fábricas, no por esto sufriría su capital grandes mermas: si se agotaban las minas de Bilbao, él tenía otras y otras en distintos puntos de España, que aguardaban la explotación.

El orgullo de vecindario arrastró al Capellanet a participar momentáneamente de las opiniones de los otros, pero pronto renacieron su gratitud y su afecto a Febrer. No importa.

Luego pensó en la cifra, apreciando al mismo tiempo la edad del capitán. ¡Más de cien, y seguramente no pasaba de veintiséis años!... Tuvo el presentimiento de que iba á habérselas con algún esgrimidor ilustre cuyo nombre glorioso había sido obscurecido momentáneamente por la guerra. Ellos dos hablaron únicamente.

La barraca sufrió una conmoción, y tal desgracia hasta hizo que la familia olvidase momentáneamente al pobre Pascualet; que temblaba de fiebre en la cama. Lloró la mujer de Batiste. Aquel animal alargando su manso hocico había visto venir al mundo á casi todos sus hijos.

Todos los matices del más variado arco-iris se suceden y desaparecen sobre su transparente piel, según los juegos de la luz y el movimiento de la respiración. Moribunda, os mira todavía con su ojo azur, descubriendo las postreras emociones de la vida por medio de fugitivos resplandores que suben del fondo á la superficie, apareciendo momentáneamente para desaparecer en seguida.

El marqués lanzaba estas lamentaciones ante el joven, olvidando momentáneamente su intervención en la obra.