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Le decir claramente: No seáis locas... que va a venir. Presentación, la más pequeña de las dos hermanas, estaba en medio de la pieza. ¿Creerán ustedes que rezando, cosiendo u ocupada en algún otro grave menester? Nada de eso, pues no estaba sino bailando, , señores, bailando. ¡Y qué zorongo, qué zapateado tan hechicero!

¿Por qué lo dices, camaraíya y en qué te he faltado? dijo Lombrijón. Bien lo sabes, camaraíya repuso Vejarruco . En que asina que vi venir a miloro y la compañía, dije al señor Poenco: «Lo que beba miloro y la compañía, corre de mi cuenta; que aquí hay un caballero pa otro caballero». ¡Zorongo! exclamó Lombrijón . Pero di, Vejarruco, ¿eso es conmigo? ¡Cachirulo!, contigo es.

¿Te acuerdas, hermano le preguntó la marquesa sonriéndose , cuando cantábamos el zorongo y el trípoli? ¿Qué cosas son zorongo y trípoli? preguntó el barón a Rafael. Son respondió los progenitores del sereni, de la cachucha, y abuelos de la jaca de terciopelo, del vito y de otras canciones del día.

Pero ¿a qué vienen esos lloros?... ¿Qué han hecho las niñas? Señora dijo al fin D. Paco entre sollozos, hipidos y babeos ; me han pegado, me han arrastrado, me han... Asuncioncita se puso a imitar a la gente de los paseos. Presentacioncita bailó el zorongo, el bran de Inglaterra y la zarabanda... Luego pasó por la calle un caballerito, miró adentro y les arrojó este billete.

No se batirán me dijo lord Gray . Todos los días hacen lo mismo y después no hay nada. No he traído el escarbador de dientes dijo Lombrijón, encontrándose sin armas. Pues ni yo tampoco añadió Vejarruco. Camaraíya, por eso no ha de quedar. Usté está amarillo. Señores, cuando eché mano al cinturón me relucieron las uñas, y pensó que era jierro. ¡Zorongo!

Lope de Vega se queja, en La Dorotea, de que hayan caído en tal desuso bailes antiguos, como La Gibadina y La Alemanda, que ya en su tiempo no se conocían bien; y dos siglos después hace lo mismo otro celoso defensor de las costumbres nacionales españolas contra los afrancesados, respecto de La Zarabanda, La Chacona, El Escarramán, El Zorongo y otros de este jaez . No nos es posible dar hoy una descripción acabada de estos bailes, de que tanto hablan los antiguos escritores españoles; pero por lo que puede rastrearse de sus indicaciones aisladas, se asemejaban en lo esencial al tipo común, de donde salieron La Jota, El Bolero, El Fandango y otros de la misma especie, más ó menos licenciosos.